Casi leyendas

Crítica de Matías Ezequiel González - EscribiendoCine

El valor de la amistad

“Quien encuentra un amigo fiel, encuentra un tesoro”, afirma un dicho judío. Las películas sobre el vínculo de la amistad como eje principal no son muy recurrentes en la cartelera cinematográfica argentina. En 2012, el director Gabriel Nesci estrenó su ópera prima Días de vinilo, la cual es una comedia sobre cuatro amigos y su relación a partir del vínculo musical. El film tuvo buena recepción y postuló a Nesci como una de las promesas del género en el cine nacional, y la evolución quedó demostrada en su nuevo film Casi leyendas (2017), que vuelve a poner a la amistad en el centro de la trama.

“Un verdadero amigo es aquel quien se acerca a ti cuando el resto del mundo te abandona”, afirmó el periodista Walter Winchell. Casi leyendas cuenta la historia de tres amigos distanciados que, después de décadas sin verse, vuelven a reunirse para reactivar el grupo musical del que formaban parte, Auto Reverse. El trio musical estuvo a punto de ser famoso pero por diferentes motivos no lograron concretar su sueño y 25 años después vuelve al país uno de sus integrantes, el español Axel (Santiago Segura), para juntarse nuevamente con sus amigos: Javier (Diego Peretti) y Lucas (Diego Torres). Sin embargo, la vida de los miembros ya no es la misma que en aquel entonces, cada uno enfrenta sus problemas diarios: Javier es profesor de biología, viudo y no logra comunicarse con su hijo adolescente; Lucas es un abogado presumido que pierde su trabajo de un día para el otro; y Axel pasa su tiempo en soledad con su padre como único ser querido presente. Para convertirse en la banda que siempre soñaron, los amigos contarán con la ayuda de dos fanáticas de Auto Reverse, las hermanas Abril (Claudia Fontán) y Sol (Florencia Bertotti). Los personajes viven divertidas aventuras en las que redescubrirán aquello que los unió en el pasado.

Casi leyendas plantea una historia que recorre de manera acertada e ingeniosa el retorno de este grupo de amigos, donde hay comentarios y situaciones graciosas frecuentes, además de destacados gags, todo con una vuelta de tuerca por lo que se nota un gran trabajo en el guión por parte de Gabriel Nesci. El relato mantiene un ritmo dinámico, en el que se presenta un equilibrio entre momentos humorísticos y otros emotivos, donde los espectadores pueden acompañar a los personajes y además de reírse continuamente, también dejar caer un par de lágrimas por las escenas más sentimentales.

El trabajo de Nesci en la película merece un destaque aparte. No solo dirigió el largometraje de manera formidable y desarrolló un guión interesante, en el que también se destacan las sucesivas referencias a cantantes/bandas y a acontecimientos del rock nacional e internacional, sino que también estuvo a cargo de las canciones de la película, las cuales resultan creativas tanto en sus letras como en sus melodías.

Respecto a las actuaciones, todo el reparto brinda grandes trabajos, desde los protagonistas hasta los niños que hacen pequeñas intervenciones pero se roban más de una carcajada. Santiago Segura, Diego Peretti y Diego Torres componen personajes entrañables que generan empatía desde el primer minuto. Cada uno tiene sus momentos de predominio y el tiempo suficiente para contar sus historias personales, además que en conjunto brillan. Nesci muestra a través de los protagonistas cómo a pesar de que sean hombres con personalidades y modos de vida diferentes, comparten una amistad que borra las barreras y construye vínculos a partir de las cosas en común. Las actuaciones de Bertotti y Fontán en los roles protagónicos femeninos también merecen ser distinguidas, se lucen y se complementan perfectamente con el trio masculino.

Casi leyendas pone en foco el valor de la amistad, logrando identificación inmediata de los espectadores con la historia presentada. Es una película que demuestra la gran labor de su director Nesci, quien reúne todos los elementos para sobresalir en la comedia nacional, y de su reparto que brinda actuaciones magníficas. Es una historia ideal para compartir con amigos en las salas de cine y para reír de comienzo a fin, dándose también lugar a la reflexión.