Casa vampiro

Crítica de Rodolfo Weisskirch - Visión del cine

Desde Nueva Zelanda llega la comedia Casa Vampiro, de los creadores de la serie Flight of the Conchords, uno de los films más premiados del año.
Aunque los falsos documentales están de moda en la actualidad, hace unos años atrás no era común que se estrenaran comercialmente en las carteleras porteñas. Posiblemente, la excepción sigue siendo la genial Esto es Spinal Tap de Rob Reiner, que seguía las andanzas de una falsa banda de rock, compuesta por Christopher Guest, Michael McKean y Harry Shearer o Zelig, el clásico film de Woody Allen.

Por esos años, se estrenó en televisión un divertido documental llamado La era del Ñandú, ópera prima de Carlos Sorín.

En los años 90, se empezó a difundir por los video clubes una curiosa falsa biografía de un pionero del cine neocelandés. Forgotten Silver es una comedia que hace honor al género y fue dirigida por un tal Peter Jackson.

Hoy en día, y tras el éxito de los films de terror estilo Proyecto Blair Witch o las sagas de Actividad Paranormal y Rec, los falsos documentales se dividen entre las comedias o el terror. Casa Vampiro combina ambos géneros y sin dudas, es la mejor obra de estas características filmada desde Forgotten Silver (quedan excluidas las películas de Sacha Baron Cohen).
Con la excusa de exponer una fiesta tradicional pero desconocida, donde confluyen hombres lobos, zombies, brujas y otros entes, un grupo de documentalistas llega a una mansión donde conviven cuatro vampiros. Playboys, dandis, monstruos, todo combinados. Estos cuatro amigos exponen, como si fuera un reality show su vida ante cámaras. La llegada de un joven quinto integrante, que viene con su cuñado –no vampiro- altera la convivencia del grupo.

Clement y Waititi, dúo proveniente de la famosa serie Flight of the Conchords que ha trascendido fronteras, escriben, dirigen y actúan en este delirante film, repleto de gags efectivos, donde se destaca la creatividad e imaginación para crear un universo propio con reglas y códigos.

El patetismo de estos personajes perdidos en el tiempo, combinado con la ruptura y sátira de los clisés, sobre vampiros y mitos sobrenaturales, dan como resulta una película fresca, atractiva, y geek.

Casa vampiro se nutre de citas y referencias, para crear una comedia irónica y creativa, que no se ancla en ningún otro subgénero.

El talento de los comediantes –partiendo por los propios Waititi y Clement- aprovechando sus fisonomías y explotando los recursos expresivos, y herramientas corporales convierten a Casa Vampiro en un producto sensual y divertido.

El tono y química entre los personajes / actores es propio de la comedia negra inglesa, y no sería demasiado lejano relacionarla con los films y programas de los Monty Python.

Por lo tanto, vale la pena brindar con una copa de sangre, por el estreno de Casa Vampiro, una comedia neocelandeza original, llena de ideas nuevas, y otras recicladas que nunca pasan de moda.