Casa propia

Crítica de Carolina Taffoni - La Capital

Ante todo hay que decir que es una pena que "Casa propia" se haya estrenado en una sola sala de Rosario. Este cine argentino con una mirada distinta pero que aborda temas reconocibles por todos debería tener una distribución más amplia. La última película del director cordobés Rosendo Ruiz ("De caravana") se centra en un antihéroe: Alejandro es un profesor de Literatura de unos 40 años que vive con su madre, que está enferma de cáncer. La relación con su madre es tirante, la relación con su novia es muy inestable y tampoco se lleva bien con su hermana. Mientras tanto, recorre departamentos con el objetivo de alquilar algo, aunque siempre se queda corto con sus ingresos como docente. Lo suyo no es la típica crisis de la mediana edad. El protagonista vive incómodo con sí mismo y el mundo que lo rodea (su fastidio con la generación de los celulares es bien evidente), y no sabe cómo salir de un círculo vicioso de frustraciones. Rosendo Ruiz consigue reflejar la vida cotidiana de su antihéroe con una naturalidad asombrosa, al mismo tiempo que muestra la caída de esa clase media que ya no puede pagar ni los servicios más básicos. El actor Gustavo Almada es otra pieza clave de la película. Su personificación logra transmitir la angustia del protagonista sin exageraciones ni subrayados.