Casa Coraggio

Crítica de Marcela Barbaro - Subjetiva

Casa Coraggio, de Baltazar Tokman
Por Marcela Barbaro

La reconstrucción de una historia real a través de sus propios protagonistas fluye entre los límites imprecisos del documental y la ficción. Esa es la propuesta del director argentino Baltazar Tokman (Tiempo muerto, Planetario, I Am Mad) que da forma a su nueva película, Casa Coraggio, presentada en la última 17 ª Edición del BAFICI. Su título corresponde a la funeraria perteneciente a la familia Coraggio ubicada en la localidad de Los Toldos, Provincia de Buenos Aires, que la lleva más de 120 años de trayectoria.

La historia no se dirige solamente al negocio familiar, sino a la vida de Sofia, quien será la encargada de dirigir el relato. Ella viaja desde La Plata hacia su pueblo natal para ayudar a su padre, algo delicado de salud, en la funeraria, aunque no siente estar preparada para ese legado que va pasando de generación en generación. En el pueblo se reencuentra con sus afectos: una madre algo resentida y demandante; una hermana en pleno proceso del festejo de 15 años; la abuela compinche, quien dirigió junto a su abuelo tantos años el negocio, la ayuda a reconstruir la historia e hilvanar recuerdos.

A partir de allí, la cámara en mano se mete de lleno en la intimidad de los ambientes con la distancia justa y la mirada certera sobre lo cotidiano. Sigue el día a día de Sofía dando luz a los vínculos familiares (asados, partidos de fútbol, festejos) y, paralelamente, pero en menor medida, toma la actividad que se desarrolla en la funeraria: la preparación del cuerpo, la elección del tipo de ataúd y la ceremonia del entierro en el cementerio local.

El foco del relato pone su acento en la dicotomía vida – muerte, un contraste asumido con gran naturalidad, por parte de los Coraggio, pero más resistido por Sofía. Su ambivalencia frente al futuro rol de reemplazar a su padre en el negocio y mudarse allí, la lleva por momentos a espiar las situaciones, a no querer involucrarse, mirar de soslayo la preparación de un cuerpo, por ejemplo. En otros, la vemos participativa y al mando de las distintas situaciones.

Tokman propone ésta mezcla de géneros inclasificable donde el relato se desorienta por momentos o se disipa en prolongadas escenas de la intimidad familiar: paseos por los lugares de infancia, los preparativos de la fiesta, la enfermedad de su padre, etc. Esa búsqueda narrativa algo desbalanceada entre vida y muerte, logra interesantes pasajes del quehacer pueblerino donde las tradiciones se enfrentan al presente, como también acierta en el tono cálido e íntimo del entorno familiar.

En Casa Coraggio el cómo se narra la dificultad del cambio, la naturalización de la muerte, el paso del tiempo y los lazos afectivos, lleva al espectador a una relación diferente frente a lo que mira, a ese rol variable de ser partícipe u observador.

CASA CORAGGIO
Casa Coraggio (Argentina, 2017).
Dirección: Baltazar Tokman. Guion: Baltazar Tokman y Valeria Groisman. Dirección de Fotografía: Connie Martin. Montaje: Eliane D. Katz. Dirección de sonido: Mariana Delgado. Música original: Alejo Vintrob. Dirección de arte: Paula Repetto. Duración: 86 minutos.