Casa Coraggio

Crítica de Diego Lerer - Micropsia

Mezclando documental y ficción –o, como aclara el cartel que abre el filme, poniendo a personas reales a participar de una ficción junto a actores– esta película se centra fundamentalmente en Sofía, la hija del dueño de la funeraria que da título al filme, una treintañera mujer con un hijo adolescente que vuelve al pueblo de Los Toldos a pasar un tiempo con su familia extendida (padre, madre, abuela, hermana y sobrinos) y se encuentra ante la disyuntiva de tener que quedarse y hacerse cargo del negocio familiar que se extiende por generaciones ante la un tanto frágil salud de su padre.

La película, sin embargo, no hace eje en las idas y vueltas de la “trama” de un modo convencional, sino que lanza apenas ese anzuelo narrativo para dedicarse a retratar la vida del pueblo (a su manera el filme tiene varios puntos de contacto con UNA CIUDAD DE PROVINCIA, de Rodrigo Moreno) y de los protagonistas, mostrándolos en sus relaciones y en sus vidas cotidianas, permitiendo que el espectador los conozca en su intimidad. La relación de la hija con su padre, el veterano dueño del negocio, será la central, pero también está la de ella con su hijo y con sus sobrinos (por momentos es confuso definir quién es quién, pero finalmente es secundario), con su conversadora abuela, con una incipiente pareja y con su más ácida madre, que está divorciada de su padre.

El director de I AM MAD logra fusionar muy bien lo documental con la parte ficcional del filme, logrando que la película quede de una pieza: no se siente casi nunca el peso de la actuación ni del guión y esa fluidez permite que uno pronto se olvide de las características híbridas del material y se involucre con las vidas de los personajes, desde los procedimientos de la funeraria hasta los encuentros personales entre madre e hija y las reuniones familiares como cumpleaños o la fiesta de 15 hacia la que conduce la trama. Retratando casi amorosamente a Sofía –que es la verdadera heredera de la Casa Coraggio pero también es claramente alguien que se dedica a la actuación–, Tokman va construyendo una historia personal y familiar que, por añadidura y funeraria mediante, involucra a todo un pueblo y a su historia.