Cartero

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

Telegramas indeseables

¿Otro país, otra Argentina?, Cartero transita los ’90 desde el punto de vista de un joven (Gran revelación de este Bafici) Tomás Raimondi, cuyo personaje lleva consigo la carga de haber llegado de provincia a la urbe en busca del primer empleo en el correo central. La idea del primer sueldo entre rumores de privatización, el retiro voluntario y forzado de empleados públicos con años de antigüedad y vocación, contrastan con los negocios de la supervivencia y los recorridos para ganar algo más de dinero en aquel chiste llamado revolución productiva. Cobrar con un cheque o vales para comprarle remedios a su abuela, los primeros roces con un oficio que para sus compañeros arrastra vocación y servicio al darle verdadera importancia a la entrega de cartas a la gente hablan de una Argentina distinta pero lamentablemente igual a la de esta época, con los mismos jóvenes desilusionados de antes, los mismos excluidos de los trabajos y ese cine luminoso que nos mira tan de cerca que a veces duele. Una ópera prima frontal y tan vigente que sacude la melancolía noventista cuando aquella Buenos Aires parece una postal no del pasado sino del presente.