Cartero

Crítica de Jessica Johanna - Visión del cine

Dirigida por Emiliano Serra y coescrita junto a Santiago Hadida, Cartero es una película ambientada en pleno auge de las privatizaciones de la década del 90, en la que un joven estudiante del interior consigue su primer trabajo en el Correo Argentino.
Hernán Sosa (Tomás Raimondi) llega del interior, con 18 años, para estudiar y trabajar, y poder mandarle dinero a su abuela. Después de unas pasantías, consigue entrar al Correo y allí Sánchez (Germán de Silva), un viejo experto del oficio, le enseña los códigos con los cuales manejarse. Lo que no se esperaba era cruzarse a Yanina, una joven que conoció durante su infancia y de quien se siente enamorado. Ese hecho que parece simple e inocente lo lleva a introducirse en un submundo que se percibe raro y peligroso.

Era otra época, y todavía la totalidad del correo se movía de manera analógica: no hay celulares, todo se manda por carta. Al mismo tiempo, todo parece tan actual. La ambientación de época es sutil, se va develando a través de detalles. El tono también contrasta entre ligeros toques de comedia y el romanticismo y el drama social, que se va tornando cada vez más denso.

La película está contada desde el punto de vista de Sosa. Lo vemos escuchar y aprender, para luego trabajar siguiendo cada una de las reglas a medida que las va aprendiendo. Pero también se cruza con la desconfianza de los antiguos trabajadores, personas que tras años y décadas de trabajo ven que estos jóvenes que entran, inexpertos y con un salario mucho menor, empiezan a reemplazarlos.
El film funciona como un preciso retrato sobre el auge de las privatizaciones y la precarización laboral, pero no elige quedarse sólo en esa capa de crítica social. Sus guionistas le permiten a Sosa desarrollarse como personaje, sin necesidad de tener que conocer mucho de su vida anterior, sino con la presencia de una motivación clara reflejada en esta misteriosa muchacha a la que él intenta acercarse sin mucho éxito. Primero, porque lo domina la timidez y el miedo, luego porque se ve inmerso en algo que no termina de comprender, desde que le prohíben entrar al edificio hasta que le hacen llegar el mensaje de maneras menos amables.

Cartero es un film que consigue retratar una época y espejarla con la actual y, al mismo tiempo, contar una especie de historia de iniciación sobre un muchacho del interior que se inserta en el mundo laboral. La interpretación de Tomás Raimondi con su frescura e inocencia y la música original de Santaolalla terminan de hacer de Cartero algo más que un retrato social.