Cartas a Julieta

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Renace el romance por escrito

La idea de contar una historia romántica con referencias al clásico de Shakespeare y ambientarla en la actualidad, se hizo en varias oportunidades. En Cartas a Julieta, el argumento puede pecar de ingenuo, pero funciona por los recursos propios del género puestos en marcha por el director Gary Winick. Y por el elenco que los sostiene.

Cartas a Julieta propone un romance actual y rememora otro iniciado cincuenta años atrás, con toques lacrimógenos y de comicidad (los italianos que desfilan por la historia hasta dar con el hombre buscado). Si bien el final escoge un sendero trillado, el interés se sostiene hasta el desenlace.

La protagonista, Sophie (la siempre convincente Amanda Seyfried), llega a Verona con su pareja (Gael García Bernal, hablando en inglés) y queda impactada por los pedidos de consejos amorosos que los turistas dejan escritos en los muros del patio donde se desarrolló la historia de amor entre Romeo y Julieta. Ella se une al grupo de mujeres que pacientemente contestan esos reclamos y descubre una vieja carta fechada años atrás, escrita por Claire Smith (Vanessa Redgrave), en busca de un italiano (Franco Nero) del que se enamoró en su adolescencia.

A partir de ese momento, Sophie, junto a la anciana y su nieto (Christopher Egan), se embarca en una travesía de muchos kilómetros por Toscana para ayudar a Claire a encontrar a su "príncipe azul".

Lo mejor recae en la recuperación del viejo romance, en el surgimiento del nuevo que se avecina sobre la protagonista y en el marco escenográfico ideal para desarrollar este relato. Y aunque no hay que ser un genio para adivinar lo que ocurrirá, el resultado se despega de las comedias románticas estrenadas en el año. El amor renace por escrito y se concreta como en un viejo cuento de hadas.