Carrie

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

La vuelta de la chica poseída

Nueva adaptación de la película "Carrie", de Brian de Palma (1976), el filme no ofrece casi diferencias con la protagonizada por Sissy Spacek y Piper Laurie. La chica es la que ya conocimos, hija de una fanática religiosa, maltratada por sus compañeras de colegio, capaz de desarrollar facultades telekinéticas que van a convertirse en armas de defensa de todo tipo de ataques, hasta llegar a una verdadera orgía de procedimientos mágicos, no solamente dirigidos a los que la atormentaron.

El filme de Kimberly Peirce, la directora de la singular "Los chicos no lloran", mantiene la línea narrativa de la producción de De Palma, que adaptó la novela de Stephen King, pero no aporta elementos nuevos, multiplica eso sí los rituales mágicos, convierte casi en una bruja a la protagonista y los efectos especiales, utilizados a partir de la escena del baile, adquieren un lugar especial dentro del filme.

La directora muestra el "bullyng" (el "acoso escolar" en la época de "Carrie") al que es sometido la chica Carrie y logra impactar con la poderosa y bien lograda escena del baño, donde la adolescente cree que va a morir al ver sangre que fluye de su cuerpo y es escarnecida por sus compañeras de curso.

EL FAMOSO BAILE
Kimberly Peirce subraya también la escena del baile con su carga de horror, acentuada por la levitación del auto de los chicos malos.

"Carrie" mantiene el interés del equipo juvenil, sin alcanzar la fuerza interpretativa de los protagonistas de la primera versión. Chloë Grace Moretz, la chica de la versión norteamericana de "Dejame entrar", es Carrie, Julianne Moore se mete en el papel de Margaret, la madre fanática que en la otra versión era personificada por Piper Laurie y Gabrielle Wilde, descendiente de Enrique VIII en la vida real es Sue, que intenta mejorar su relación con Carrie haciendo que su novio la acompañe a la fiesta. El papel de novio, que en la otra versión era interpretado por John Travolta, aquí tiene el rostro de Alex Russell.

Bien el nivel formal, especialmente el diseño de producción, pero sin alcanzar la densidad de la original de Brian de Palma. Quizás esta Carrie le guste a los más jóvenes, con su mega carga de emociones y su equipaje de efectos especiales.