Carol

Crítica de Diego Naccarelli - Loco x el Cine

“Carol”, la nueva película de Todd Haynes que fue parte del Festival de Cannes del 2015, llega a las salas luego de haber recibido múltiples premios y nominaciones, como las seis por las que compite en los próximos Oscars.

En la Nueva York de 1952, dos mujeres se conocen en una tienda de juguetes en vísperas de Navidad. La joven Therese Belivet (Rooney Mara) es una empleada que asiste a la señora Carol Aird (Cate Blanchett) en la compra de un tren de juguete para su hija. Poco después, por un olvido -o tal vez por una fortuna-, el destino las vuelve a juntar bajo otros intereses, ya alejados de la simple transacción comercial inicial.Así comienza este drama romántico dirigido por Todd Haynes, basado en una novela de Patricia Highsmith llamada originalmente The Price of Saltpara evitar sospechas sobre la temática en 1952. Lo que empieza siendo una relación donde, quizás secretamente, ambas mujeres se admiran entre sí, evoluciona en algo más profundo que ciertamente afectará sus vidas.La película tiene mucho de cosas sin decir y de miradas, reflejado un poco en la fotografía amateur que practica el personaje de Rooney Mara. Resulta particularmente intrigante el uso constante de ventanas, vidrios y ventanillas en los que los personajes siempre se encuentran detrás, encerrados o mirando algo a la distancia, como que siempre hay algo en el medio, algún impedimento para llegar o alcanzar el otro lado. Y la historia de “Carol” tiene mucho de eso, en la dificultad que tienen los personajes para mostrarse plenamente como son y de no poder expresar sus deseos como realmente quisieran. Parte del atractivo de esta historia, y que la película comunica excepcionalmente, surge de este quiebre emocional que las mujeres persiguen.Ayuda también que estas dos personas tan interesantes y complejas estén representadas en la pantalla gracias a las excelentes actuaciones deCate Blanchett y particularmente Rooney Mara, quien no parece tener límites en su capacidad actoral luego de hacer un personaje diametralmente opuesto a este en The Girl With The Dragon Tattoo, la versión de David Fincher. Acá aplica sus dotes actorales de manera tal que uno puede percibir lo que le está pasando apenas con la forma que tiene la actriz de expresar una mirada, un gesto, o una posición incómoda. Therese Belivet es alguien con una mente profundamente aventurera que necesita poder escapar de la vida que tiene, y eso es algo que le ofrece el personaje de Cate Blanchett quien le resulta irresistible en varios aspectos.Es una historia de un amor secreto que va de la mano con el ambiente de la época, dándole un romanticismo que muy pocas veces se ve en el cine actual, donde dos personas hacen (y sufren) lo necesario para seguir sus sentimientos llevándose al mundo por delante, aún con las consecuencias que eso conlleve.Es honesta y profunda, pero también tiene sus pequeñas cuotas de humor que caen en los momentos justos.  Es una linda sorpresa, un poco de aire fresco en una cartelera donde este tipo de historias no tiene siempre su lugar asegurado. “Carol” es una las mejores películas del año.