Carne propia

Crítica de Rosana López - Fancinema

DE CARNE SOMOS

Una de las grandes pasiones argentinas -despreciada por los vegetarianos, claro- se da encuentro en Carne propia de Alberto Romero, que hace foco en tres casos particulares del entorno socioeconómico y cultural de la carne vacuna en nuestro país.

A diferencia de la propuesta Todo sobre el asado de Mariano Cohn y Gastón Duprat que presenta un encuadre más gastronómico, aquí Romero se centra en las tensiones de patrones y obreros de la carne a lo largo de la historia. Todo ello contado desde un viejo toro Aberdeen Angus condenado al matadero como principal hilo narrativo. Un toro “humanizado” desde la voz profunda e irónica de Arnaldo André. Una combinación original y brillante que nos hace empatizar inmediatamente con el triste destino del animalito. Tal vez, un poco nos revuelve la conciencia en nuestra situación carnívora por la atrocidad en el momento de su muerte, pero los resultados en las góndolas como explica el documental nos hacen olvidar todo.

El primer caso se centra en el pueblo entrerriano de Liebig, que giraba en torno a la primera fábrica procesadora de carne en el país con capitales ingleses que alimentó soldados de la Primera y Segunda Guerra Mundial -como para medir las proporciones de manufactura y exportación-. Y donde la influencia del trabajador estaba más cercana a un adoctrinamiento. Un pueblo que nació alrededor de esa industria con construcciones de casas más parecidas a un “fortín”. Un pueblo que con la “huida de sus patrones” jamás volvió a tener la misma gloria y actualmente en el olvido, vive del turismo.

El segundo pantallazo es en la ciudad obrera de Berisso, Buenos Aires, uno de los lugares con más edificios relacionados a la industria frigorífica y de matarifes donde en los 40’, ante las condiciones de injusticia laboral del patronato, comenzaron a formarse las primeras organizaciones sindicales, especialmente en defensa de los derechos del trabajador -hombres y mujeres- que trabajaban en condiciones paupérrimas de salubridad. Este caso es brillantemente ilustrado con material de archivo y el testimonio de la hija de María Roldán. Una de las primeras mujeres sindicalistas de Latinoamérica, quien junto a Cipriano Reyes participaron del 17 de octubre de 1945 para pedir por su máximo referente, Juan Domingo Perón.

Y el tercer y último caso está situado en el gobierno kirchnerista, donde algunas empresas con la herencia arrastrada de la crisis financiera del 2001 se echan a bancarrota sin pagar indemnización alguna. Y se cuenta la toma de trabajadores en esas fábricas para recuperarlas en cooperativas sin patronazgo alguno. Aquí el frigorífico SUBPGA de Berazategui trata de reorganizarse en asambleas calientes donde a no todos los compañeros se los puede dejar conforme con la situación económica.

Carne propia funciona como un prolijo y entretenido documental que también describe las clases de vacas y toros que abundan en nuestros pagos, como también toda esa fauna gauchesca de hombres relacionados con el campo. Y aunque esta sea una visión fugaz, el resto del material tiene una visión profunda y muy interesante sobre algo tan cotidiano como la carne misma.