Capitán Phillips

Crítica de María Inés Di Cicco - La Nueva Provincia

Un Greengrass que conmueve

Capitán Phillips es una película biográfica, basada en el libro A Captain's Duty, escrito por el marino mercante que en 2009 fue tomado como rehén por piratas somalíes, mientras dirigía un buque de carga por el océano Indico, en proximidades del denominado Cuerno del Africa.
Con dirección de Paul Greengrass, la cinta llega a pantallas locales tras semanas de controversias acerca de la verosimilitud del relato, una cuestión que pusieron sobre el tapete los tripulantes del "MV Maersk Alabama", una inmensa nave cargada de containers y uno de los tantos blancos de la delincuencia en aguas internacionales.
No obstante las discusiones desatadas acerca de las versiones "oficial" --la del libro y hasta del gobierno de los Estados Unidos que condecoró al naviero- y extraoficial, en lo que al relato atañe, se trata de un cuento elaborado con el estilo del británico que llevara a pantalla títulos como Domingo sangriento, United 93 o La supremacía de Bourne, entre otros.
Greengrass logra esa clase de thriller en la que el héroe es un hombre común llevado por una mezcla de decisión personal y contexto a circunstancias extraordinarias.
En este caso, un marino a quien ausentarse de su hogar le está pesando más de la cuenta en cada oportunidad, parte de un puerto en Omán para transportar su carga comercial y de ayuda humanitaria hasta Mombasa el Golfo de Adén.
A sabiendas de que la actividad criminal acecha en la zona a zurcar, da órdenes de seguridad a sus oficiales y a una tripulación que no deja de protestar cuando un ejercicio se vuelve repentinamente real, ante el sospechoso acercamiento de dos lanchas con hombres armados.
Liderados por Abduwali Muse (Barkhad Abdi), son somalíes hambreados, que solían desempeñarse como pescadores, y hoy subsisten en la actualidad con las migas semanales que reciben de un jefe mafioso que los somete por fuerza de comandos, y para quien asaltan buques cargueros que son liberados tras el cobro de los seguros de las compañías navieras.
Seres humanos situados en bandos opuestos, llevados por distintas circunstancias a un terreno igualmente peligroso para ambos, donde ninguno quiere que el otro salga lastimado, pero donde cada quien deberá defender su "negocio", en un enfrentamiento de tensión creciente.
La narración requirió, para obtener los resultados que se ven en pantalla, de un trabajo de cámaras --las secuencias cámara en mano ofrecen una adrenalina única-- y un duelo actoral que coloca a un Hanks de una madurez increíble y un debutante en cine como es un Abdi que lo desafía en altura con una honestidad admirable.
El talento del realizador reside, además, en responder a las exigencias de Hollywood de subrayar el acto heroico, pero sin renunciar a la exposición abierta de las virtudes y limitaciones de su condición humana y social.
Es una película que vale la pena ver con energía suficiente para sostener el desafío de acompañar a estos protagonistas en una travesía nerviosa hasta el mismo instante del desenlace.