Capitán Phillips

Crítica de Felipe Quiroga - CiNerd

EN BUSCA DEL TESORO

CAPITÁN PHILLIPS (CAPTAIN PHILLIPS, 2013) parece ser un intento de encontrar una nueva ARGO (2012) o una nueva LA NOCHE MÁS OSCURA (ZERO DARK THIRTY, 2012). Como sucedía con esas otras dos películas, el guión se basa en una historia real, tiene varias escenas de tensión y está filmada de forma realista, casi como si tratara de un documental, con la cámara siempre cerca de la acción. También incluye una actuación fuerte y con chances de aspirar a ese tesoro llamado Oscar: Tom Hanks se pone en la piel de Richard Phillips, el capitán de un buque de carga que es atacado por piratas somalíes. El relato es directo, intenso y descarnado. A pesar de que el desenlace es públicamente conocido, el ritmo de la narración se mantiene en la primera parte, en la que vemos la llegada de los criminales, y decae luego, en las escenas en las que se muestra el exagerado operativo montado por la Marina estadounidense para rescatar a Phillips. Es que, sin la chispa de ARGO ni la complejidad moral de LA NOCHE MÁS OSCURA, CAPITÁN PHILLIPS sufre ante su excesiva duración.
Tampoco convence el trato que se le da a los personajes secundarios. Como el título indica, Phillips es el centro de atención, pero eso no alcanza: nunca llegamos a saber nada de ninguno de sus subordinados, algo que, de haberse explorado, hubiera enriquecido más la narración. Y cuando la cámara no está sobre Phillips, se posa, apenas, sobre el líder de los piratas, Muse (un muy expresivo Barkhad Abdi), aunque esto no significa que se profundice demasiado en sus motivos ni que se genere una pretendida ambigüedad. Por otra parte, resulta interesante ver el retrato que se hace del poderío militar estadounidense: ¿es el film una celebración seudopropagandística ante el despliegue de buques de guerra, helicópteros y soldados? ¿Es un regodeo ante la capacidad de castigar que tiene el país norteamericano? Por momentos parece que sí, pero en otras ocasiones, es risible ver en pantalla la burocracia y la respuesta militar desmedida, como si se tratara de un lento, pesado y tonto gigante que se toma todo el tiempo del mundo para estudiar cuál es la mejor manera de aplastar a una insignificante hormiga.