Capitán Phillips

Crítica de Alejandro Castañeda - El Día

EN AGUAS PELIGROSAS

A veces la realidad sin querer va a la par de la ficción. Esta semana se supo que Bocazas, el más sanguinario y famoso pirata de Somalia, había caído preso por una infantil emboscada que le tendieron en Bélgica. Y justamente esta semana se estrena “Capitán Phillips”, un film que recrea un suceso real que tuvo por protagonista al capitán Richard Phillips, a su barco, el Maersk Alabama y a los piratas de Somalía. El inspirado Paul Greengrass (“Vuelo 93”, Domingo sangriento”) puso otra vez su estilo apretado, ultra realista, con aire documentalista, al servicio de una historia real cargada de acentos dramáticos. El barco navega por aguas peligrosas y los piratas de Somailía, unos mercenarios desarrapados, logran tomarlo. Allí empieza la odisea. Greengrass estira un poco el relato, pero la atención no decae. El terror ronda y el capitán encima será llevado como rehén cuando los piratas huyen. Hay golpes, negociaciones, desesperación. Es un encierro feroz que expone lo peor. Tom Hanks está otra vez impecable en la piel de un tipo bonachón, íntegro, valeroso y confiable. Y el pulso firme de Greengrass, siempre creíble y potente, sabe aprovechar cada gesto para subrayar con extremo realismo el horror de esos momentos. El final es de lo mejor, allí el film deja un lado el gran tema, para detenerse en el alma de ese capitán que estalla en un llanto que transmite ternura, desahogo, celebración y gratitud.