Capitán Fantástico

Crítica de Martín Pérez - DiarioShow

Un padre contra todo el mundo

“Capitán fantástico” enseña que ninguna enseñanza es del todo correcta, que hasta los más sabios deben dudar, y que la familia muchas veces es el mundo pero se debe aprender a mostrar nuevos horizontes a los infantes en crianza. Una gran actuación, que quedará como las mejores de su carrera seguramente, del casi argentino Viggo Mortensen.

La educación y crianza de una persona está supeditada a las creencias y conocimientos del padre, así como la libertad que les otorgue para seguir su vida tienen más que ver con su tipo de libertad que con cualquier consejo que se les dé a los hijos. En pocas palabras, los chicos aprende más del ejemplo que de las palabras. Desde esa cosmovisión padre/ hijo, “Capitán fantástico” enseña que ninguna enseñanza es del todo correcta, que hasta los más sabios deben dudar, y que la familia muchas veces es el mundo pero se debe aprender a mostrar nuevos horizontes a los infantes en crianza.

Ben (Viggo Mortensen) vive junto a sus hijos en el medio del bosque, se alimenta de todo lo que da la tierra, conocen de agricultura, caza y ecología como herramientas prácticas, y los chicos reciben una educación muy avanzada para su edad, impartida por el padre, con el fin de que sepan todo del mundo -En vez de festejar Navidad, celebran el aniversario del activista por los derechos humanos Noam Chomsky-. Viven aislados del mundo pero no son ermitaños, más que temerle a la sociedad, se protegen de todo la malo que les pueda ofrecer. “Nuestros nombres son originales, nuestros padres los inventaron porque todos somos únicos”, le dice Bo (George McKay), el más grande de los cinco hermanos, a una chica que le gusta, y uno no puede evitar pensar en todas aquellas veces que criticamos los nombres “raros” que alguna persona le pone a su hijo.

Desde el espectro familiar, en el filme se hace una denuncia general, a la sociedad, y particularmente a los elementos que la componen y que la esculpen de forma nosciva, siempre de frente, de manera entretenida pero sin caer en los gags que pasan de largo tras una pequeña risa ni en el golpe bajo. Todo tiene sentimiento y a la vez sapiencia en el largometraje. Todo cambiará cuando llegue la noticia de la muerte de Leslie, esposa de Ben y madre de los niños. Con la misión de evitar el ritual tradicional católico, y ofrecerle una despedida budista (fiesta y cremación), la familia emprende un viaje en el que seguirán aprendiendo a través de las dificultades. En ese punto, será una especie de “road movie”, que culminará al llegar a donde está su madre y se encuentren con más problemas con la familia de Ben y luego los padres de Leslie que no quieren seguir su última voluntad. A pesar de llamarse “Capitán fantástico”, y Ben parecer un superhéroe de la lógica natural, el acierto del filme es el cuestionamiento que hace el protagonista sobre todo lo que daba como cierto y seguro para sus hijos y de allí, parte hacia el significado de todo lo vivido y enseñado. Una gran producción de su director Matt Ross, y una mejor actuación, que quedará como las mejores de su carrera seguramente, del casi argentino Viggo Mortensen.