Capitán Fantástico

Crítica de Mariana Van der Groef - Proyector Fantasma

Ganas de irme a vivir al bosque

Las mejores películas son sin dudas aquellas que nunca terminan. Porque quedan rebotando dentro nuestro, movilizando esas emociones que teníamos ocultas, latentes. Como si nos hablaran directamente a nosotros, nos dejan inquietos, reflexivos.

Capitán Fantástico es definitivamente una de estas películas.

critica-capitan-fantastico-1

Dirigida por Matt Ross (28 Hotel Rooms), cuenta la historia de Ben (Viggo Mortensen) que vive en los bosques del norte de Estados Unidos junto con sus seis hijos, a quienes educa de una forma poco tradicional (o demasiado tradicional, según como lo miren). Se pasan los días cultivando y cazando su propia comida y entrenándose duramente para sobrevivir a las inclemencias de la naturaleza. Pero no sólo eso, sino que también se educan, leyendo acerca de literatura, política y asignaturas un poco más complejas, como la física cuántica.

La “rústica” vida de esta familia se verá trastocada cuando Leslie, madre de los niños, se suicida y deben volver a la “civilización” para asistir al funeral.

En las propias palabras de Matt Ross, la película habla de “cómo ser un buen padre” y hace referencia a su propia vida sin ser autobiográfica. Y si bien está en lo correcto, Capitán Fantástico dice mucho más.

Es una clara crítica a la “mal educada y sobre medicada” sociedad occidental, “gobernada por las corporaciones sin alma” donde “el más poderoso controla la vida del menos poderoso”*. Verdades que todos conocemos pero tendemos a negar porque desestabilizarían nuestras cómodas y civilizadas vidas.

CF1_6738.jpg

Al mejor estilo “Little Miss Sunshine” y con actuaciones estelares por parte de Viggo Mortensen y todos los chicos (George McKay, Samantha Isler, Annalise Basso, Nicholas Hamilton, Shree Crooks, Charlie Shotwell), Capitán Fantástico invita a hacer toda clase de reflexiones: acerca del modo en que vivimos, la desconexión que tenemos con la naturaleza, cómo nuestros sistemas educativos nos enseñan a ser loros que repiten y si realmente nos comeríamos el pollo si tuviéramos que retorcerle el cogote con nuestras propias manos.

Sí, definitivamente no es una película que les pasará desapercibida. Probablemente les hará considerar la propia realidad y cuánta libertad hemos resignado por un poco de supuesta “civilización”. Una verdadera joya.

*Nota de la autora: todas las frases entre comillas fueron extraídas de la película, con excepción de “sin alma” que fue agregado por mí, por parecerme apropiado en este contexto.

Por Mariana Van der Groef