Capitán América - El primer vengador

Crítica de Marcos Rodriguez - CineFreaks

Heroísmo retro

Hace unos años ya, Estudios Marvel decidió que quería lanzar al mercado una película de Los Vengadores, la liga de sus máximos superhéroes. Por eso, a pesar de que hacía años el cine venía con versiones de sus personajes (como el Hombre Araña o Los cuatro fantásticos o los X-men), pusieron la máquina a toda potencia y empezaron a sacar películas/origen de cada uno de sus miembros para que todo estuviera a punto. Iron Man les salió muy bien, lo de Thor es más discutible, y ahora le llegó el turno al Capitán América. Aunque Chris Evans (a quien habíamos visto ya en películas Marvel interpretando a La antorcha humana), como en general el resto del elenco, está muy bien en su papel, hay algo que le falta al Capitán América.

Lo primero, obviamente, es algún tipo de atractivo para su protagonista: sin el charm de Tony Stark o los conflictos internos de Peter Parker, Steve Rogers (el Capitán América) es básicamente un soldado superdesarrollado que sale a luchar contra los nazis (o su versión Marvel superdesarrollada, Cráneo Rojo). La estética imita el patriotismo de los años cuarenta, pero acá, en el 2011, y fuera de los Estados Unidos, necesitamos alguna otra excusa para involucrarnos en esta historia.

Curiosamente, la película en sí está muy bien narrada y eso es lo que mantiene la atención del espectador, lo que nos lleva de una punta a la otra de este relato. Buen inicio, buen desarrollo, buen final. Los personajes se despliegan en su totalidad, Capitán América se toma el tiempo necesario para contarnos quiénes son estas personas y por qué deberían importarnos. Hay una gran dosis de empatía en la pantalla. Sin embargo, los personajes no tienen mucha carne. Steve Rogers es un tipo simpático por lo noble, por lo bueno, por lo debilucho que era, pero no tiene demasiado conflicto. Una vez que Stanley Tucci (muy bien, como siempre) le concede su superfuerza, ya no queda mucho por hacer, más que derrotar al malo que todos sabemos que va a derrotar. En ese punto, Capitán América se convierte un poco en un trámite y uno tiene esa sensación al ver el prólogo y el epílogo de esta historia: desde el principio sabemos que lo que se va a contar importa en tanto y en cuanto es un paso necesario para llegar (de forma muy prolija) al presente y a la verdadera apuesta, Los Vengadores. De hecho, después de la ya tradicional escenita tras los créditos se puede ver directamente el trailer de la película, que se estrenará en 2012. Si a Marvel le importa tan poco la historia del origen de su capitán, ¿por qué habría de importarle al espectador?

Con todo, el oficio se impone y no se puede decir que uno la pase mal al ver esta película. Joe Johnston (que empezó en el cine con Querida, encogí a los niños) sabe manejar sus herramientas. Los actores secundarios están muy bien, sobre todo veteranos como Stanley Tucci y Tommy Lee Jones. Los efectos especiales no aplastan la historia. El humor, bastante escaso para el producto promedio Marvel, funciona bien. Y el malo, gracias a la interpretación de Hugo Weaving, llega a ser bastante siniestro.