Caperucita roja

Crítica de Adolfo C. Martinez - La Nación

Desde siempre, el cuento Caperucita Roja entusiasmó a los niños que, como tradición oral, mostraba el choque entre el bien y el mal a través de una niña que es amenazada por un lobo convertido en su propia abuela para engañarla. Este film retoma esta anécdota, aunque sus personajes transitan por un camino que difiere de la trama original.

Aquí hay una anciana costurera que, acompañada por dos jóvenes muchachas, llega a Buenos Aires desde su pueblo natal español en momentos en los que la guerra civil dejaba un tendal de muertos y heridos. Un día una de sus cuidadoras desea que la anciana le enseñe el oficio de coser y recortar modelos y así ella comienza a fabricar un abrigo rojo con capucha mientras que el terceto recuerda con emoción, entre las cuatro paredes de la casa, la necesidad de retrotraerse al pasado en el que cada una de ellas vivieron desengaños y felicidades.

Con estos elementos surgidos del cuento infantil, la directora Tatiana Mazú González (El estado de las cosas, Río Turbio) elaboró una cálida trama de la que surge con emoción la necesidad de convertir un antiguo cuento en un relato entretenido y puramente femenino. Un elenco que logró la necesidad de aportar ternura, una impecable fotografía y una música de suaves tonos apoyan a esta Caperucita Roja que es rescatada con el necesario armazón del antiguo relato.