Candyman

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

UNA MIRADA PROFUNDA SOBRE UNA LEYENDA URBANA Y LA VIOLENCIA CONTRA LOS AFROAMERICANOS

La directora Nia Da Costa, escribió el guión con Jordan Peele Win Rosenfeld, se luce con esta original revisión de una leyenda urbana que toma como punto de partida la película de l992, ignorando las secuelas. Aquí la lectura que hacen los autores es poner el foco en que el horror se amplifica hasta nuestros días con la sistemática violencia que sufren los afroamericanos hasta el presente. Pero eso no significa que la película, realizada con mano maestra, no traiga su cuota de terror intensificada en ese asesino con un gancho en vez de una de sus manos, que aparece retaceado como corresponde como un reflejo en cristales y luego en espejos. Un artista plástico que está estancado, prácticamente hace un “pacto escalofriante”, a cambio del éxito. Ese pase les permite a los guionistas deslizar punzantes dardos sobre el valor de las obras de arte y su caprichoso destino, como para meterse con un gueto creado por blancos para negros que luego fue desplazado para construir torres de lujo. Una historia que tiene al terror de la mano y a la historia y la leyenda contada como corresponde. Y luego las muertes todas sangrientas y tanto más efectivas cuando se muestran casi fuera de campo. Un elenco sólido encabezado por el ascendente Yahya Abdul Mateen II, más un arte de siluetas utilizado en momentos estratégicos del film que redondean una propuesta estética e ideológica cautivante.