Canciones de amor

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Acordes sobre la fragilidad de las relaciones

Con cuatro años de retraso llega este relato atravesado por canciones que interpretan los actores. No es una comedia musical y ni siquiera pretende serlo. Se trata de un film sobre dos jóvenes parisinos que deciden quebrar los límites y experimentar con la fragilidad de las relaciones.

Ismael (Louis Garrel, el mismo de Los soñadores) y Julie (Ludivine Sagnier, rostro de las películas de Francois Ozon), son novios e invitan a Alice (Clotilde Hesme) a vivir (y dormir) con ellos.

La película de Christophe Honoré (Los bien amados es su más reciente creación) está estructurada en tres capítulos: La partida, La ausencia y El regreso. En la primera, la muerte golpea inesperadamente al protagonista y la tragedia queda plasmada en instantáneas fotográficas en blanco y negro.

En La ausencia, el espectador se acerca a la angustia, a la llegada de un nuevo "amigo" de Ismael y ve cómo queda su vínculo con Alice, la tercera en discordia. Y el episodio final, propone un ordenamiento afectivo y existencial de los personajes.

Las canciones que se escuchan fueron compuestas por el mismo director antes del rodaje de la película, y aparecen como aporte dramático de los intérpretes para que la acción continúe. No se trata de letras pegadizas, sino de diálogos musicalizados.

Filmada en la calle y en interiores, este film resulta curioso y, a la vez, bienvenido por su formato original. Una historia de amor y desarmor bien actuada por un sólido elenco. Triángulo amoroso, conquista homosexual y convivencia con las ausencias, constituyen los ejes de la trama.