Camino a Estambul

Crítica de Santiago Decaro - La cuarta pared

Camino a Estambul marca el debut en dirección del actor australiano Russell Crowe. La peli se sitúa en Turquía, poco tiempo después de la batalla de Gallipoli, en la que tropas inglesas invadieron este país con la esperanza de conquistar Constantinopla.

Pocos años después de este combate, ambos bandos se encuentran unidos, buscando y enterrando a sus muertos, quienes fueran abandonados en enormes fosas comunes. Acá es donde entra en escena nuestro héroe Russell Crowe (Gladiator, A Beautiful Mind), que interpreta a Connor, un campesino australiano con tres hijos que fallecieron en ese combate. Connor, le promete a su recientemente difunta mujer que va a viajar a Gallipoli y va a traer los cuerpos de sus hijos, para que sean enterrados junto a ella, en tierra consagrada. Una vez en Estambul, se topa con el problema político que representa meterse en esa tierra que aún no curó sus heridas. Allí se ganará la amistad (y un poco más...) de una hotelera (Olga Kurylenko) y su hijo, y encontrará la ayuda del Mayor Hassan (Yilmaz Erdogan) para hallar a sus hijos.

La película tiene unos cuantos problemas. Para empezar, es un film de lo más desparejo. Por momentos se ven destellos de alta calidad. La ambientación y la fotografía (a cargo del desaparecido Andrew Lesnie, quien brillara en la trilogía de The Lord of the Rings) son elementos a destacar. Pero, de buenas a primeras, te encontrás con unos cambios de plano histéricos durante un diálogo en donde la imagen no se queda quieta y produce un efecto horrible. Esta clase de contrastes de calidad van desluciendo lentamente, a una película cuya trama termina rindiéndose ante demasiados clichés.

De todas formas, no todo está perdido para el buen Russell. Desprovista de estos pormenores, la película puede, incluso, llegar a ser disfrutable ya que tiene un ritmo entretenido, y cuenta una historia, si bien desde un punto de vista muy parcial, muy interesante.

VEREDICTO: 5.5 - MEDIOCRE
Camino a Estambul marca el debut de Russell Crowe detrás de las cámaras, por lo cual no esperábamos ver una obra maestra. Veremos como le va con la siguiente.