Camino a Estambul

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Digno debut de Crowe con un tema sensible

Una de las mejores escenas del debut como director de Russell Crowe es la que justifica el titulo original y muestra el talento rabdomante del protagonista (el mismo Crowe) para encontrar agua en el desierto que rodea su granja australiana. Es que poco después el personaje tomará la desesperada decisión de partir hacia Turquía para encontrar los cadáveres de sus tres hijos, desaparecidos en acción cuatro años antes en la sangrienta batalla de Gallipoli.

Dado lo terriblemente dramático del planteo argumental "inspirado en una historia real"- es notable la variedad de climas que consigue el director/actor a lo largo de los 111 minutos que dura la película, que en instantes puede pasar de lo lacrimógeno a lo épico o histórico-politico, sin olvidar el romance, el choque cultural, los guiños humorísticos propios del cine de aventuras y, por supuesto, los toques místicos imprescindibles del caso.

Esta ensalada es al mismo tiempo un problema y una cualidad de esta opera prima que toca con audacia y buenísimas intenciones un tema histórico especialmente sensible para el público australiano (no por nada una de las primeras producciones internacionales de Peter Weir, fue "Gallipoli", que en 1981 le dio a Mel Gibson la oportunidad de interpretar un papel más serio que Mad Max). Hay que destacar especialmente que, en el centenario de la masacre en cuestión, "Camino a Estambul" dedica el mayor esfuerzo posible a enfocar datos objetivos como las muy superiores bajas sufridas por los turcos. En un momento temible, los oficiales australianos encargados de identificar minuciosamente los restos humanos de sus caidos en acción pasan al lado de una gigantesca montaña de esqueletos que sólo merecen ser clasificados como "huesos turcos".

En este sentido, la amistad entre el protagonista y el oficial turco que comandó a las tropas que mataron a sus hijos, pero que sin embargo es el que más lo ayuda en su búsqueda, es un punto fuerte del film, reforzado por la notable actuación del comediante turco Yilmaz Erdogan.

La ex chica Bond Olga Kurylenko es la viuda turca que termina rendida ante los encantos del actor de "Gladiador" es otro factor importante para volver creibles los abruptos giros argumentales que integran a niveles insospechados a personas de dos bandos enemigos. El abuso de flashbacks bélicos es tan rudimentario que por momentos casi amenaza con arruinarlo un conjunto ya desparejo, pero lleno de detalles interesantes a todo nivel, empezando por la eficaz ambientación de época y las imágenes del difunto Andrew Lesnie, director de fotografía de "El señor de los anillos", en el ultimo trabajo de su carrera.