Caminando entre tumbas

Crítica de Alan Echeverría - Cinéfilo Club

Liam, el infalible

La nueva película protagonizada por el gigante Liam Neeson se hace más llevadera de lo que ya de por sí es gracias a la presencia del norirlandés en esta faceta de tipo recio que a nada le teme y que tan bien le sienta. Con guión y dirección de Scott Frank, Caminando entre tumbas saca a relucir una buena cantidad de momentos que mantienen la expectación, permitiendo que las casi dos horas de metraje no se sientan en absoluto pesadas.
Nuestro protagonista encarna a Matt Scudder, un ex policía que oficia como detective privado, pero sin licencia. Un agente que se desenvuelve con métodos de la vieja escuela y que se maneja con una frialdad y solvencia propia de quien lleva unos cuantos años de experiencia en el ámbito policial. Un traficante de heroína lo contrata para atrapar a los hombres que raptaron y asesinaron a su esposa, en una misión que se torna más problemática y dificultosa de lo esperado.
Caminando entre tumbas no es sólo un thriller de crimen y desapariciones; es también una historia de venganza y de revancha, en la que conviven personajes que nada tienen por perder y otros que, en cambio, pasan por situaciones límites de riesgo y de exasperación. Ambos flancos se entremezclan, se interrelacionan y de esa combinación se extraen los pasajes más jugosos y tensos de la cinta.
Más allá de tratarse de una trama quizás poco novedosa o que no aporte algo distinto en narraciones de este tipo, es importante remarcar el modo en qué el relato se cuenta. El cómo cobra aquí un valor de relevancia mayor gracias al pulso de Scott Frank para sumergirnos en las calles de una Nueva York oscura en la que la actividad asociada a la delincuencia está a la orden del día. Para ello se vale de la utilización de elementos que hagan la historia más escalofriante, brutal y retorcida de lo que ya en la teoría se supone que es. El director intercala esta serie de acontecimientos con un trasfondo que nos permita conocer más en profundidad a los participantes, sin recaer en un melodrama forzado ni mucho menos.
Tal vez podría haberse incluido alguna que otra vuelta de tuerca ingeniosa que apueste o realce aún más el asunto, o quizás un giro argumental mal empleado en su intento de sorprender podría haber echado todo por la borda; lo cierto es que Caminando entre tumbas gana unos puntos extra por su capacidad de concebir un producto entretenido, convincente y sin declives a partir de un guión sencillo, sumado a la siempre apreciable presencia de Liam Neeson, quien inspira seguridad en este estilo de proyecciones.

LO MEJOR: Liam Neeson. Cómo está contada la historia. Ciertos momentos de rigidez. Sumamente entretenida.
LO PEOR: algo predecible en determinados tramos.
PUNTAJE: 7,5