Caíto

Crítica de Susana Salerno - N3F

Cuenta la relación de amor entre dos hermanos.

Llega este film de la mano del reconocido actor Guillermo Pfening, de larga trayectoria en cine, teatro y televisión. Ahora se lanza como director de largometrajes y cabe recordar que anteriormente se realizó un cortometraje con el título “Caíto” que logró el premio Georges Meliés en el 2004. Este film se encuentra producido por Pablo Trapero.

Se desarrolla en Marcos Juárez (una ciudad del este de la provincia de Córdoba, Argentina), su ciudad natal y la inquietud de Pfening es cumplirle un sueño a su hermano menor Luis Caíto, (quien aún vive en esa Ciudad) ser protagonistas de una película, contando la rutina de una semana de su vida.

La historia tiene un estilo de documental pero tiene también algo de ficción. Luis Caíto se moviliza en un cuatriciclo especialmente preparado dado que posee una capacidad motriz diferente, padece Distrofia Muscular de Becker. Y nace la inquietud también de mostrarle al público que por más adversa que sea la vida puede cualquier persona superarse y luchar por la vida.

Ellos se unen para emprender una gran aventura, un sueño y a lo largo de su relato siempre está el amor, Guillermo Pfening busca el apoyo de varios actores (Romina Ricci, Bárbara Lombardo; Juan Bautista Stagnaro, Lucas Ferraro, entre otros), dentro de la cotidianidad vemos la relación con su padre, su empleada doméstica, su kinesióloga, sus amigos y las mujeres.

Ambos hermanos se lucen frente a cámara, y al espectador no le dejan solo eso sino una lección de vida, donde está presente el compañerismo, la cordialidad, el cariño y la armonía, entre otros sentimientos. Caito tiene cerca de treinta años, vive con su padre y pese a estar rodeado de amigos, siente la necesidad de ser padre. La persona que puede cumplir su sueño es Suzuki (la chica fácil del pueblo), con ella mantiene varios encuentros. Y en el film eso se ve reflejado cuando Caíto se preocupa e intenta proteger a Anita (10) que vive en un hogar violento y él le ofrece su protección.

La película ayuda aquellos que estén viviendo algún situación similar, la Asociación de Distrofia Muscular (ADM) nació hace más de 20 años (en 1983) debido a la inquietud de un grupo de padres y pacientes afectados por distintas enfermedades neuromusculares conjuntamente con médicos dedicados a su investigación y tratamiento intentando posibilitarles una mejor calidad de vida.

La historia tiene momentos más logrados que otros, la ficción es lo más flojo, una buena fotografía mostrando un campo lleno de girasoles, la pampa húmeda, entre otras; no falta el humor, escenas de backstage, infaltables las anécdotas del rodaje que nos muestran el buen clima en el que se desarrolló la filmación. El film al fin y al cabo cumple con su objetivo principal.