Caíto

Crítica de Amadeo Lukas - Revista Veintitrés

Poniendo el énfasis en los vínculos afectivos del protagonista y en el amor entre dos hermanos más que en las dificultades existenciales que provoca la discapacidad, Caíto es un lúcido y profundo disparador acerca de estas problemáticas. Esta docu ficción del intérprete Guillermo Pfening, quien participa en el film haciendo de sí mismo, se ubica en un lugar diferente en su tipo.

Precisamente el propio Pfening se desdobla en las escenas documentales y en las recreadas ficcionalmente, al igual que el muchacho que le da título al film, convincente al hacer de sí mismo pese a su inexperiencia. Distintos actores personificarán otros roles de ese universo pueblerino, como en los casos del padre de ambos hermanos, compuesto –inesperadamente- por el cineasta Juan Bautista Stagnaro y la kinesióloga, a cargo de Bárbara Lombardo.

Otros personajes entran en el terreno de la pura ficción, como la encantadora Anita de Franca Licatta, Romina Ricci como la madre y la muy sexy Susuki de Marinha Villalobos. La trama paralela se entrelazan bien en la película, arribando a un desenlace en el que ambos mundos coexisten, en este inteligente debut de Pfening, que no se desborda al exponer en imágenes algo en lo que está íntimamente comprometido. Caíto, utilizando la recreación como atrayente instrumento narrativo, logra conmover, aunando su buena manufactura con la emotividad.