Cae la noche en Bucarest

Crítica de Jorge Luis Fernández - Revista Veintitrés

Función privada

En 2006, Corneliu Porumboiu puso a Rumania en el mapa del nuevo cine con Bucarest 12:08, film que relata la histórica huida de Nicolae Ceaucescu entre vaivenes cotidianos, ganador del premio Cámara de Oro en Cannes. Inaugurador de la nueva ola rumana, Porumboiu entra de lleno en el mundo cinéfilo con un tercer film que es casi rigurosamente para insiders. Paul, interpretado por Bogdan Dumitrache (conocido en la cartelera porteña por La mirada del hijo, de Calin Netzer), se halla filmando una película, pero Porumboiu retrata fragmentos de su trabajo, aquellos que lo relacionan con Alina, una actriz de rol secundario, y sus reacciones psicosomáticas (una gastritis que podría ser úlcera). El film abre con una escena nocturna, un diálogo entre Paul y Alina a bordo de un auto donde el primero explica que para filmar en 35 mm hay que disponer de un rollo cada once minutos. Los diálogos continúan (una minilección en el dormitorio, una charla culinaria en un restorán chino, el parecido de Alina con Monica Vitti), y si bien algunas escenas debieron durar 11 minutos (o menos) la actuación de Dumitrache sostiene un singular clima de interés en el film.