Cae la noche en Bucarest

Crítica de Gabriela Avaltroni - Función Agotada

La noche rumana o el cine según…

Corneliu Porumboiu dedica en Cae la Noche en Bucarest, su tercer largometraje, al mismísimo cine.

Paul, es un director de cine y se encuentra en pleno rodaje. Él expresa su ansiedad en el modo de fumar sus cigarrillos, en la voracidad ante un plato de comida, en la rapidez de beber un vaso de cerveza, en la posible ausencia del ser amado. Tranquilamente, este personaje podría confundirse con aquellos realizadores que protagonizan los films de Hong Sang-soo. La diferencia entre el estereotipo coreano y el rumano, radica que el primero vive en un estado de incertidumbre y desolación, mientras que el segundo es un neurótico que exige a su protagonista una interpretación sincera y autentica.

Entonces, Paul repasa con Alina una y otra vez el guión, las escenas, los movimientos que realizará el personaje, considera que todos los detalles deben ser justificados ante la cámara, y claro lo deja Porumboiu en dos escenas casi en una yuxtaposición entre la ficción y la realidad.

Pero cuando cae la noche, llega el momento para que Paul y Alina se conecten entre sábanas -¿Ese es el instante donde una actriz se convierte en musa?- para luego reponer energías con una cena donde se cuestionan el fondo y la forma de diversos temas o la existencia de una tal Mónica Vitti.

La nueva película de Porumboiu es un hermoso pretexto para mostrar su mirada.

Si Truffaut se dio el gusto de filmar una película sobre la concepción de una película en La Noche Americana, no muy lejos se encuentra esta cinta rumana. En esta ocasión, el rodaje se encuentra en un total afuera de campo y Porumboiu analiza el cine desde otra óptica. Es evidente que Paul es su alterego y lo deja bien en claro desde el primer plano secuencia con que se inicia la película, rodada en 35mm. Corneliu analiza la manera de pensar y crear cine, cuestiona su futuro y el sentido que tendrá con el paso del tiempo. Si su personaje dice que cada rollo posee once minutos, no hace falta contarlos realmente para darse cuenta que cada escena dura aproximadamente lo mismo. En Cae la Noche en Bucarest además de ser una muestra de la profesionalidad de Porumboiu como director de actores, guionista y realizador, también es un homenaje al séptimo arte.