Cadáver

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

Sin aportarle nada nuevo al género, "Cadáver", de Diederik Van Rooijen, es una película de terror que falla en su objetivo principal, asustar a su público. Cada género tiene sus expectativas propias.
Las del terror, serán asustar, sugestionar, o al menos tensionar en algún tramo de la película. Por menos que se le pida a una película, ese elemento básico del género, tiene que estar. "Cadáver" es la primer película en Hollywood del holandés Diederik Van Rooijen, un film por encargo que debería funcionar como carta de presentación hacia el futuro.
A vista de los resultados, el modo de presentarse no ha sido el más auspicioso.
Con muchos elementos en común con la exquisita "La morgue", o "The Autopsy of Jane Doe", se plantea una película de terror en la que un cadáver en el depositario de cuerpos será el desencadenante de todos los males.
Sin embargo, allí en donde el film de André Øvredal brillaba por su originalidad y frescura; "Cadáver" se limita a repetir de modo cansino, todos y cada uno de los lugares comunes esperados, menos el fundamental, el crear el susto.
Megan Reed (Shay Mitchell) es una alcohólica en recuperación, con un pasado oscuro, que consigue gracias a su padrino en la AA, un trabajo en una morgue. En esa primera noche en el lugar cae un cuerpo, el de una joven rubia, la Hannah Grace del título local (Kirby Johnson).
Ya en una secuencia inicial vimos que Hannah era una joven poseída por un demonio, que fue sometida a un exorcismo que resultó fallido, y su padre tuve que encargarse de ahogarla para que la cosa no se saliera más de cauce.
Por lo tanto, desde el momento en que vemos que su cuerpo llega a ahí, tres meses después del exorcismo, sabemos qué es lo que pasará. Hannah se despierta, o hace una transmutación de su cuerpo, no se entiende, es confuso, pero no importa, y se irá cargando a distintos personajes para ir reconstruyéndose, o sanando su cuerpo, con cada muerte.
Por supuesto, Megan será la encargada de detenerla. Pero no estará sola, recibirá una ayuda extra, que no revelaremos, pero que no resulta para nada creíble. Aquí hay muchísimas cosas que no cierran, sin explicación, baches, y hasta elementos muy obvios que le escapan a toda lógica.
La resolución de lo que plantea sería realmente sencilla, y sin embargo, a ningún personaje se le ocurre; y al momento de arribar al final, por la necesidad de dar el enganche, termina traicionando toda su escasa premisa.
Aun así, nada de esto sería tan grave si hubiesen construido un sólido entretenimiento. "Cadáver" es un compendio de todos los elementos que algo de terror debería tener. La escena previa (aunque de no haberla tenido se hubiese ganado en suspenso); la protagonista con un pasado oscuro, alcohólica, y en recuperación; el primer día de trabajo; los secundarios que son simples peones y que tienen el comportamiento más estúpido posible; la superación personal para arribar a resolver el enigma; y un mal con la sola explicación de ser demoníaco.
A todos los problemas del guion, y los lugares comunes poco estimulantes, se le suma el peor error de todos, no generar ningún tipo de susto o clima.
Hay algún jump scare, muy mal hecho, que no asusta, no coordina bien el golpe con el impacto de la imagen; y en lo general las muertes son poco creativas, escasas de sangre, y fuera de cualquier tensión. En cada una, desde que arranca la escena, antes de que aparezca Hannah, sabemos que ese personaje va a morir ahí.
No hay atmósfera, no hay crescendo, todo es plano; menos hablar de construcción dramática, ni lo intenta. Shay Mitchell tiene en sus manos un personaje poco elaborado, y ella tampoco hace demasiado por mejorarlo.
No llegamos a odiarlo, ni a quererlo, no nos importa demasiado. Kirby Johnson, como el cadáver, maneja un buen movimiento corporal, pero obviamente, si el film no asusta, ella no puede hacer mucho.
"Cadáver" parece ser una película de esas que hay de a miles circulando online, en DVD, o en cualquier plataforma streaming como relleno; salvo que tiene el detalle de verse prolija por tener la banca de un estudio detrás.
Diederik Van Rooijen no hace demasiado en su ópera prima, y se nota que está trabajando con un material que no es suyo, hace de piloto automático, o de quien trabaja a reglamento, cumple la función que le encargan, y abandona sin ningún plus.
"Cadáver" no es un film incómodo, tampoco es una propuesta que vayamos a odiar, y ni siquiera ofrecerá algo que se transforme en la comidilla de los comentarios negativos: Es, ni más ni menos, que una de terror, muy, muy olvidable.