Cacería macabra

Crítica de Rodrigo Molina - Loco x el Cine

La matanza está servida.

Para una novia, conocer a la familia de tu nuevo novio puede ser una experiencia traumática en sí misma. Hay que caerle bien a la madre de tu chico, al padre y al resto de sus hermanos, si es que tiene. Un segundo nivel de complejidad puede resultar de este mismo detalle, que los hermanos traigan a sus respectivas parejas y el desafío será doble. Caer bien a los padres y a sus futuros cuñados. Este conflicto sería un problema normal, que ya hemos visto en varias películas, de una novia/o normal que tiene que conocer a una familia como cualquier otra. Sino pregúntenle al Ben Stiller de la saga de Los Fockers.

Sin embargo, este no será el inconveniente que tenga Erin (la hasta ahora desconocida interprete Sharni Vinson) cuando es invitada por su nueva pareja, Crispian, a pasar un fin de semana en la enorme casa de retiro de sus futuros suegros. La mesa está servida, la familia toda reunida, todos intentan agradarse con todos cuando surge lo inesperado: alguien o algo empieza a atacar la casa. Flechas empiezan a atravesar los cristales causando horror en todos los comensales y hasta la muerte de algunos.

A partir de ese momento algo queda muy claro: los están intentando asesinar. No es casualidad, los tienen cercados y parece que no hay forma de defenderse. Aquí está la premisa que el guionista Simon Barrett y el director Adam Wingard nos plantean en You’re Next (En Argentina, Cacería Macabra, otro desacierto de los encargados de doblar títulos) . Un grupo de locos enmascarados intentan asesinar a toda una familia en una desolada casa de campo. Wingard y cia. nos meten en un mundo repleto de lugares comunes pero con derivaciones sorprendentes. Algo así como si Mi Pobre Angelito conociera a una versión más gore de aquellas Scream de Wes Craven.

Películas como esta y El Conjuro son muestra de una vuelta a ciertas fuentes (Sam Raimi, John Carpenter y el ya nombrado Craven) en el género de terror norteamericano, que apuesta a las historias y al relato clásico, sin tener que hacerse del engañoso y gastado artilugio (a estas alturas) del falso documental o de la cinta encontrada, que bien supo aprovechar por la novedad The Blair Witch Project hace ya 14 años y que puede tener algunas muestras torpes como en El Último Exorcismo del 2010. No obstante, la vuelta a esas fuentes no es una virtud en sí misma si no está acompañada de la buena mano (mejor dicho el ojo) del director. Por si esto fuera poco, otro punto a favor que tiene el filme es su banda sonora. Lo que no hace la imagen, lo completa la música, que por momentos recuerda al Carpenter de Escape de New York con sus melodías Kraftwerkianas, pero que tiene su momento cúspide cuando suena la canción Looking for the Magic de Dwight Twilley Band. tema que difícilmente olvidaremos luego de ver la película.

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Pero si hay dos cosas que nos muestran Wingard en Cacería Macabra y James Wan en El Conjuro es que saben donde situar la cámara y conocen el género, tal es así en el caso de Wingard que se anima usar sus clichés, bromea con ellos y hasta hace cómplice al espectador del relato. Es por esas razones que podemos pasar de la absoluta tensión al goce inmediato de no sentirnos solos entre tanta matanza.

You’re Next nos sitúa como espectadores frente a dos escenarios disímiles: el primero es el encierro, la vulnerabilidad, la tensión de no saber lo que nos ataca. La incertidumbre frente a lo inevitable e inminente. El segundo, cuando ya el marco de situación esta trazado y es necesario pasar a la acción. Allí reside la fortaleza tanto del guión como de la dirección: mantienen al espectador comiendo de su mano y confiado. Nutriéndolo de humor, venganza y locura al cuadrado, porque no hay nada mejor que enfrentar a unos locos con un loco potenciado.

El gran acierto de Cacería Macabra es reconocerse como entretenimiento puro, no tener altas pretensiones y ser certera en sus resultados. La epopeya de Erin proporciona al tan maltratado espectador del género una luz de esperanza entre tanto facilismo y fórmula repetida.