Búsqueda implacable 2

Crítica de Ulises Picoli - Función Agotada

La pesadilla americana

De las fauces desquiciadas del cine mainstream americana hace unos años surgió un héroe de acción impensado, su nombre, Liam Neeson. Sus características son las de un tipo que hasta cuando sonríe mete miedo. En ese comienzo aventurero con Rob Roy y esa divertida película de Sam Raimi llamada Darkman daba ya muestras de no temerle a la acción, pero lo de Nesson desembocó en lo dramático o fantástico, pero sin tanta brutalidad de por medio.

Hasta que un día este hombre de voz ronca casi llegando a los 60 se disfrazó de héroe ochentoso y se subió a una historia violenta llamada Búsqueda Implacable (Taken). Una de esas historias no demasiado brillante pero efectiva: ex agente de la CIA le dice a su hija que no vaya a Europa, todavía es joven, que es riesgoso, ¿que pasa? la secuestran y tiene que ir matar a todos para rescatarla. ¿Qué pasa entonces en Búsqueda Implacable 2? Y bueno, los "malos" también tienen familia.

Esta vez Bryan Mills (Nesson) viaja a Turquía (la casi Europa) como asesor en un trabajo de seguridad, invita su hija y ex esposa para que se encuentran con él. Los malos albanos (Los Balcanes es la nueva cuna de los malos de acción con sus mafias brutales) lo ubican y entonces comienza la batahola. Secuestros, operaciones precisas de escape, tiros y muchos albanos muertos. Las escenas funcionan porque Neeson se cree un poco Chuck Norris y logra esa aura invencible. Sin mostrar un resquicio de sensibilidad entrega un Jason Bourne más temible que disfruta de ser una pared inconmovible.

En cuanto a la acción, es lo que uno vio, y si lo disfruta, sigue funcionando. Un lindo duelo final con un petiso medio rechoncho en jogging pero tan duro como él. Aquí le voy a dar la derecha a Megaton (que de derecha sabe bastante parece), buen duelo de dos duros de la vieja escuela. El albano no es físicamente imponente pero da la talla, y su insignificancia física permite la empatía del que parece en desventaja. Después existen algunas situaciones divertidas intencionales, como cuando se muestra como padre celoso por el novio de la hija (te la regalo tener como suegro a Liam) y otras que quizás lo sean involuntariamente, como cuando tienen que refugiarse en la embajada americana.

Los diálogos y justificaciones mejor no pensarlos si uno quiere disfrutarla. Porque esta vez el contraste entre los mundo es obsceno. Estados Unidos es donde se juega golf, los autos son nuevos y uno toma malteadas en dinners junto a la playa. Turquía es bella y fascinante pero también es un territorio bárbaro. Hasta en un hotel cinco estrellas te secuestran y a quince cuadras están las mafias albanas al acecho. Un "afuera" salvaje procesado por franceses que son más papistas que el Papa.