Buscando a Panzeri

Crítica de Maximiliano Curcio - Revista Cultural Siete Artes

A Dante Panzeri lo describen como un visionario, un profeta del periodismo deportivo. Un gran maestro de su oficio. Una importancia directamente proporcional a la polémica que despertó, desde sus inicios, en los años ’30, en el Diario La Voz de San Justo. Una marca registrada fue su ácida crítica contra la dirigencia del fútbol. Llegó a trabajar durante casi dos décadas en la revista El Gráfico, un referente por antonomasia del deporte nacional, llegando a ser su director. A este honrado librepensador es a quien rinde tributo Sebastián Kohan Esquenazi, echando luz a una figura que había quedado en el olvido.

Seis años de investigación invirtió Kohan Esquenazi en llevar a cabo este proceso. Desde la Biblioteca Nacional al Archivo Gráfico de la Nación. De allí a la escuela de periodismo Tea y Deportea. Recurriendo a entrevistar a grandes figuras del deporte (técnicos, exfutbolistas) para construir este rompecabezas. De Panzeri se repite la frase que dice ‘la dinámica de lo impensado’ e imortaliza el título de su mentado libro, el instinto del futbolista y su talento, que puede derrotar cualquier estrategia.

En medio de este camino, se encuentra con familiares del difunto periodista que optar por llamarse a silencio. Y, de esta forma, la investigación refleja la ardua tarea que tenía por delante el documentalista y cronista, con un aditamento: el nulo registro de archivo audiovisual. Gran cuestionador del fútbol show y espectáculo, sostuvo sus posturas fundamentalistas frente a los estamentos de poder del deporte. Su ética intachable llevó a cuestionar la realización del Mundial ’78. Según su mirada, no es posible la neutralidad. El hace de fiscal y no de mero relator de sucesos, proveyendo importancia al subjetividad y libertad de toda mirada.

Cimentando el aura de leyenda de este personaje, Kohan Esquenazi lo define como “la figurita más difícil del álbum”. Su carrera, meteórica, nos cuenta de comienzos realizando columnas sobre ciclismo y, de allí, a la dirección de El Gráfico. Este inadaptado y rebelde para el mundo de los medios tiene, paradójicamente, una vida con calibre de película.