Buscando a Dory

Crítica de Alexis Puig - Infobae

La querible pez Dory que conocimos en Buscando a Nemo se encuentra viviendo feliz en un arrecife cuando repentinamente recuerda que tiene una familia en algún lugar que puede estar buscándola. Así, la pez azul junto a Nemo y Marlin se aventuran en una búsqueda plagada de peligros, nuevos amigos y muchas aventuras. Esta segunda entrega del clásico de PIXAR está a la altura de la original y de las mejores producciones del estudio. Andrew Stanton construye un relato con mucho de viaje iniciático, valiéndose de flashbacks que sirven para conocer más del pasado de la protagonista y unir una historia redonda, que fluye como el agua corriente, y apela al humor más clásico. La animación, tradicional, recrea el fondo del mar de manera majestuosa, un azul profundo que contrasta con los colores estridentes de los peces protagonistas. Es además una fábula sobre el amor incondicional de padres e hijos, la superación de los miedos y el poder de la amistad. Claramente además de ser muy entretenida, contiene un mensaje hermoso que emocionara a grandes y chicos por igual.