Bus 657: El escape del siglo

Crítica de Maximiliano Barbalace - El Lado G

El film que reúne a Robert de niro con Jeffrey Dean Morgan y Dave Bautista, bajo la dirección de Scott Mann, llega a los cines argentinos para brindar una cuota de acción y vértigo de forma concisa pero efectiva.

El poco conocido director Scott Mann, con Stephen Cyrus Sepher y Max Adams en los guiones, logra para su segundo film un elenco de actores realmente numeroso e importante conformado por Robert De Niro en el papel de Francis “The Pope” Silva, Jeffrey Dean Morgan en el protagónico de Luke Vaughn, Dave Bautista, Morris Chestnut, Gina Carano, Mark-Paul Gosselaar, Lydia Hull y también el mismo Sepher.

La trama inicia con Luke Vaughn (Dean Morgan) y su hija, quien está esperando un trasplante. Las facturas del hospital aumentan y esto amenaza la estadía de la niña. Vaughn trabaja como crupier en un casino-barco que está manejado por el temido y respetado Francis Silva (De Niro), quien está a punto de retirarse. Vaughn y Silva llegan a una enemistad crucial cuando el segundo se niega a darle al primero una gran suma de dinero para mantener a su hija en el hospital.

A partir de ese momento, todo va cuesta abajo cuando un grupo de empleados del casino, que incluía a Luke, organiza un robo que termina en una escapada en colectivo. El atraco cuasi millonario de dinero sucio se transforma en una toma de rehenes por autopista. Todo parece un juego de lealtad entre ladrones y policías corruptos en medio de una persecución de lo más sangrienta.

El papel de Dean Morgan es bien representado y, aunque podría caer en el típico golpe bajo de un padre dispuesto a todo por salvar a su hija, realmente el amplio abanico de emociones que logra es muy carismático, desde un hombre partido en dos hasta un furioso y frustrado ladrón. De Niro, por su parte, hace un menjunje de sus mejores papeles: un poco de Casino y otro poco de Goodfellas. Y aunque uno pensaría que cargaría con todos los clichés de un hombre que solo desea cuidar su dinero a cualquier costo, Silva resulta ser una especie de antítesis de Vaughn: ambos personajes resultan dos caras de la misma moneda.

A los demás actores si se les puede notar los clichés: Dave Bautista, quien toma el rol de uno de los atracadores al casino, actúa de forma muy notable como un bruto ladrón sin remordimientos junto a su compañero Dante (Sepher), que juega el rol del bandido mexicano, con todos los modismos culturales. Luego están Carano y Gosselaar, quienes interpretan al policía bueno y al malo. Los actores secundarios que más destacan son Chestnut y Hull.

En el apartado de la dirección se puede notar de forma muy obvia donde hubo más presupuesto. Las escenas que se dan por afuera del casino y el bus son notablemente inferiores en calidad que las mencionadas con anterioridad. Eso no quita que no sean fundamentales para la trama.