Buongiorno papá

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

Responsable a la fuerza

Resulta ineludible trazar el paralelismo entre esta comedia exitosa que batió records de taquilla en Italia y la película de Diego Kaplan protagonizada por el productor y actor Adrián Suar, Igualita a mí, básicamente por tratarse de la misma historia: un cuarentón metrosexual, quien padece el complejo de la adolescencia perpetua recibe la inesperada visita de una joven adolescente que le comunica que es su hija y que su madre ha fallecido, causa que la ha dejado en manos de su abuelo, quien no puede hacerse cargo de ella.

Si uno pretende evitar las comparaciones para avanzar en el análisis debe decirse que en el caso de la versión italiana hay un mejor desempeño de los personajes secundarios como el amigo buenudo del protagonista a cargo del propio director Edoardo Leo y un abuelo ex rockero y sonámbulo, quien pone la cuota de humor absurdo con sus ocurrencias frente a una catarata de lugares comunes que si bien no desentonan tampoco aportan nada novedoso.

Tal vez alguna que otra referencia al posicionamiento de producto en películas con fines meramente comerciales, trabajo del protagonista, en contraste con referencias de directores y películas de culto como 2001, odisea del espacio trazan una línea con cierta mirada crítica a la industria aunque desde la banda de sonido con temas comerciales se argumente todo lo contrario.

Así las cosas, Boungiorno papá aplica con eficacia la fórmula de la comedia familiar de recomposición de los lazos afectivos y la transformación a partir de la relación padre ausente - hija desconocida con algunos toques de humor liviano que alcanzan para convocar un amplio espectro de público, quizá el mismo que vio con buenos ojos aquella película con Adrián Suar.