Buenas noches Malvinas

Crítica de Maximiliano Curcio - Revista Cultural Siete Artes

“Buenas Noches Malvinas” surge en su idea primaria en el año 2011, a partir de una entrevista realizada por la dupla de directores (Ana Fraile/Lucas Scavino) a Dalmiro Bustos, terapeuta psicodramático y nativo de la ciudad de La Plata. Dalmiro, atravesó la guerra en su rol de padre (su hijo Fabián fue enviado a combatir) y también como coordinador de un grupo de madres y padres de conscriptos; y es en esta historia de vida, y la experiencia profundamente conmovedora, el punto de partida de este logrado documental. También, rastrea parte de la historia en un programa de radio que surge a partir de este vínculo entre padres (emitido por Radio Provincia, durante el período que duró la contienda). Se trata de un emotivo material que no nos deja ajenos, con todo lo que conlleva el tramo de la guerra, transitándolo en busca de reconstruir la realidad socio-política que atravesaba el país. Bajo dicha perspectiva y echando mano a sólidos recursos técnicos, la película transcurre en tres espacios concretos prefiriendo la heterogeneidad estética: las islas registradas en imágenes y acompañadas por textos de crónicas redactadas por el propio Fabián (extraídas de su libro “Crónicas de un Soldado” y leídas con la voz en off de Rafael Spregelburd), los testimonios que forman parte de las entrevistas de investigación y la interpretación teatral espontánea. Un ejercicio audiovisual enriquecido por su mixtura a la hora de comunicar un potente mensaje, y el cual nos retrotrae casi cuatro décadas en el tiempo cuestionando toda mirada conformista, para percibir que, tanto en sus protagonistas como en el colectivo social, algunas heridas aún no sanaron.