Buenas noches, España

Crítica de Juan Pablo Russo - EscribiendoCine

Viaje lisérgico

El filipino Raya Martin es uno de los cineastas que más ha dado que hablar en el circuito festivalero de los últimos años. Su forma de abordar temas históricos desde una perspectiva surrealista y nada complaciente lo ha llevado a la cima entre aquellos ven al cine como un arte radical y no convencional.

Buenas Noches, España (2011) es un viaje por España a partir de la idea de la teletransportación. La leyenda de un soldado filipino que fue teletransportado hasta la ciudad de México a fines del siglo XVI le servirá a Raya Martin para reinterpretar la historia y trasladarla a la España actual donde un hombre y una mujer realizarán-al mejor estilo de una road movie- un viaje transversal.

El controversial realizador que no utiliza el diálogo, aunque sí el sonido en diferentes planos, propone una road movie lisérgica desde la composición de una imagen en la que se vira el color a diferentes tonalidades, y en la que la saturación del mismo pasa a ser un un protagonista casi excluyente de una película trabajada a partir de la experimentación. Martin manipula la imagen como si tratase de collage en el que se combinan diversos elementos superpuestos entre sí para provocar sensaciones lejanas a la realidad.

Así como la imagen toma un protagonismo especial por la forma en que la trabaja, también el sonido jugará un rol importante gracias a la utilización de una banda sonora en la que se armoniza música, ambiente y efectos que servirán para remarcar una escena, un movimiento o simplemente por estar.

Muy pocas veces, fuera de festivales o ciclos, uno como espectador tiene la posibilidad de asistir a ver un cine en el que un director se da el lujo de jugar con todo lo que muchos otros no se permiten, sea por los motivos que fuesen. En Buenas Noches, España menos la lógica después todo está permitido, hasta la posibilidad de sentir que lo que vivimos fue nuestro propio viaje lisérgico, lejos de la realidad y sin explicación alguna.