Brooklyn

Crítica de Rolando Gallego - Lúdico y memorioso

Sueños en un barco

Arraigada en el melodrama más clásico, la adaptación de la aclamada novela de Colm Tolbin “Brooklyn” (UK, 2015), ofrece un almibarado relato de superación y lucha por el futuro que permite, más allá de cualquier convencionalismo desde la dirección, empatizar con la protagonista, Eilis (Saorsie Ronan), quien a fuerza de empeño pudo trascender sus orígenes.

Con el barco como nexo conector entre el pasado y el futuro, Eilis deja atrás su Irlanda natal, en la que vivía junto a su madre y hermana, para poder progresar en la América rebosante de oportunidades y logros.
Pero no le será fácil, más allá de los obstáculos tradicionales, sus propios temores y una adaptación complicada, harán titubear todo el tiempo a la joven sobre si fue lo correcto o no el haber llegado a Estados Unidos.

Allí conocerá el amor, de la mano de Tony (Emory Cohen), un italoamericano, que con su frescura y espontaneidad conquistará rápidamente a Eilis.

Pero cuando una llamada inesperada de Irlanda, le brinda una trágica noticia, Eilis, luego de un tiempo, deberá regresar a su país y se enfrentará con una nueva disyuntiva, al conocer a un joven llamado Jim (Domhnall Gleeson) sus sentimientos entrarán en contradicción al, imposibilitada de revelar el estado civil con el que regresó de tierras lejanas, y verse confundida, una ex jefa intentar chantajearla para revelar la información secreta.

“Brooklyn” es una historia dirigida por John Crowley que recupera la atmósfera de las historias épicas de aquellos inmigrantes que vinieron al continente, provenientes de diferentes latitudes, para poder cumplir con sus sueños.

Aquí, la joven Eilis es representada como una mujer que puede sortear, desde el inicio del metraje, con estoicismo, cada una de las trabas que la pluma de Tolbin imaginó para narrar la historia de amor de una mujer escindida no sólo por su patria, sino, principalmente, por el amor.

El papel de la tradición y la religión como fundamento de las esperanzas depositadas en el futuro, la idea de progreso ulterior y de sacrificio, pero, principalmente, la idea de postergación a futuro, funcionan como ejes temáticos de un filme que cuenta con la soberbia y sólida interpretación de Saoirse Ronan como la Eilis frágil, y, a la vez fuerte, eje del relato.

El retrato simple de la cotidianeidad de los inmigrantes, sus rutinas, trabajos, relaciones, y la reconstrucción de una época llena de oportunidades, son sólo algunos de los puntos más interesantes de esta película.

PUNTAJE: 8/10