Brooklyn

Crítica de Matias Seoane - Alta Peli

Brookyln es un drama romántico que muestra la nostalgia del inmigrante lejos de su tierra y las dificultades del sostener la decisión de un cambio de vida lejos de lo que se esperaba de nosotros.

El hogar es el hogar
John Crowley dirige la adaptación del libro de Colm Tóibín situado a principios de la década del cincuenta en la que una joven inmigrante irlandesa (Saoirse Ronan), atraída por la promesa de un futuro mejor en los Estados Unidos abandona la comodidad de su casa materna para mudarse a Nueva York, donde la espera un trabajo de vendedora y la posibilidad de estudiar para convertirse en contadora. Rodeada de irlandeses pero alejada de su familia, la nostalgia es una carga demasiado pesada y flaquea su voluntad de quedarse hasta que conoce a un joven italiano que la ayuda a realmente construirse una vida propia en su nuevo hogar. Sin embargo cuando una tragedia la obliga a regresar temporalmente a Irlanda, todo parece diferente que antes de irse. El pueblo que no tenía nada para ofrecerle, le brinda ahora la oportunidad de tener un futuro y tanto su madre como el resto de su entorno conspira para lograr que se quede y la pone en la difícil situación de tener que elegir entre dos vidas que desea intensamente. Aunque algunas situaciones no están del todo pulidas, la nostalgia es creíble y se transmite al público aunque sea algo tan difícil de imaginar para alguien que no le ha tocado vivirla en primera persona.

No es una historia que busque sorprender sino emocionar, lo que hace que su simpleza y previsibilidad sea un poco perdonable porque aunque algunas cosas no cierran del todo está decentemente relatada y logra transmitir algunas de las fuertes emociones que padece la protagonista. Saoirse Ronan se luce con varias escenas muy dramáticas donde en soledad debe expresar sólo con gestos lo que no puede decir con palabras, dejando que sean sus compañeros los que aporten la dosis de humor que haga soportable tantas lágrimas. En ese aspecto destacan sus compañeras de pensión y la madura dueña de casa, capaz de replicar con mucha ironía las burlas de sus inquilinas menos cordiales sin que se le mueva un músculo de la cara. Tampoco se mueven mucho los gestos de su enamorado, aunque en ese caso no es algo para elogiar. El papel de Emory Cohen es muy bidimensional y empalaga ver como la persigue cual perro faldero sin decir ni hacer demasiado, lo que no ayuda a compenetrarse con el sufrimiento de Ellis cuando se siente tironeada entre Irlanda y Brookyln.

Con una historia tan limitada, es necesario recurrir a lo visual para lograr potenciar la idea que pretende transmitir cada escena y en ese aspecto Brookyln resulta un poco mas interesante y llevadera. Retrata bellamente algunos paisajes urbanos de Nueva York así como los semi rurales de Irlanda, con una construcción de época muy verosímil y cuidada. Desde el mismo trailer se notan pequeñas sutilezas como vestir a la protagonista con un tapado verde en medio de una multitud ocre, repitiendo el código con la hermana que la despide desde el muelle para destacar sus individualidades. Detalles como estos hacen que pierda un poco en realismo, pero gana en poética y es un intercambio más que favorable.

Conclusion
Brooklyn es una película de género y difícilmente alguien la vea confundiéndola con otra cosa. Quien disfrute de una historia sentimental y romántica en un sentido un poco anticuado del término, volverá a verla cuando la pasen un domingo a la tarde por la TV y no prestará atención a algunos diálogos forzados y situaciones apresuradas. Sin embargo, sería un error simplificarla como sólo una historia romántica porque toca otros temas incluso mas fuertes, como el romper con el mandato familiar o los miedos de enfrentar proyectos deseados pero abrumadores.