Brooklyn

Crítica de Lucas Rodriguez - Cinescondite

Brooklyn es la pequeña película que pudo. En un terreno donde cada nominada al Oscar de 2015 luchó con uñas y dientes para llegar, y con ciertas ausencias muy notables, el hecho de que un drama histórico como el que presenta John Crowley esté nominado a Mejor Película desconcierta y mucho, pero méritos no le faltan.

Una de las mejores cosas que se pueden decir acerca del film es que tiene encanto para tirar al techo. La historia de vida de Ellis -una magnífica Saoirse Ronan- puede parecer convencional al principio, pero a fuerza de voluntad y con un inmenso trabajo desde el guión de Nick Hornby, el despertar de la joven irlandesa es un viaje que acaricia el alma cuando quiere. Hornby tiene algo que parece el toque de Midas. Cada vez que elige adaptar un trabajo literario, las nominaciones llueven a diestra y siniestra, y no es casualidad. El autor inglés tiene una sensibilidad especial que se transmite muy bien en pantalla, ya sea en 2009 con An Education o en 2014 con Wild. Su tercer guión, nuevamente con una protagonista femenina al comando, está nominado al mayor galardón de los próximos Oscars, y con mucha razón.

En un principio, el cuadro narrativo de Brooklyn parece que se presta mucho al melodrama, pero está lejos de ello. No hay grandes situaciones dramáticas -exceptuando una que llega como una catástrofe, totalmente inesperada- y si bien no toma sus tópicos con liviandad, sí lo hace con una ligereza y soltura extremadamente bien conducidas por un director experto que sabe sacar lo mejor de su protagonista. A cada segundo que uno se imagina que ya ha visto lo que propone la película, al siguiente momento llega una escena que logra sacar al espectador una sonrisa de complicidad y simpatía.

Si bien hay excelentes jugadores en el terreno como los inmensos Julie Walters, como la dueña de una casa de chicas en Brooklyn, o Jim Broadbent, como el párroco que ha facilitado la nueva vida de Ellis en América, los aplausos se los lleva Saoirse con una sentida pero firme interpretación de una chica tímida que debe dejar su hogar natal para forjarse una nueva vida cruzando el Atlántico, y su lenta pero segura transformación en una mujer segura de sí misma. La atención de Ellis es dividida entre el joven Tony de Emory Cohen y el irlandés Jim de Domhnall Gleeson, y por más que parezca un triángulo amoroso, la situación es mucho más sencilla y menos conflictiva de lo que parece. Saoirse tiene un fantástico nivel de química con los dos jóvenes actores, así que el enredo romántico, empujado ciertamente por costumbres de antaño difíciles de ignorar, lleva a la película a un tercer acto algo cenagoso, pero resuelto de la mejor manera.

Brooklyn es una agradable mezcla entre historia de inmigrantes y coming of age, solidificada por una impresionante actuación protagónica que le abre las puertas a Saoirse Ronan a jugar en las grandes ligas.