Broken City

Crítica de Rodolfo Weisskirch - A Sala Llena

Policía Malo, Policía Bueno

La química es fundamental en el cine. Cuando un director se asocia con un actor y sigue trabajando con el mismo intérprete durante un largo periodo de tiempo no se trata solamente de una cuestión de amistad, fórmula o un resultado comercial satisfactorio. Se trata de química, de comprender los códigos de la otra persona, y si una historia funciona bien dentro de esa relación, es porque así debe ser. Sin haber sido amigos - de hecho se odiaban - Kinsky y Herzog han hecho sus mejores películas, juntos. Lo mismo podríamos decir de la relación Wayne-Ford, Mastroianni-Fellini o Guiness-Lean...