Boyhood - Momentos de una vida

Crítica de Martín Torres - Fuera de campo

Doce años atrás Richard Linklater se aventuró a iniciar un proyecto que, objetivamente hablando, no sabía si iba a poder concluir. Tanto es así que llegó a pactar con uno de sus protagonistas (Ethan Hawke) que si moría en el transcurso de los doce años que llevó el rodaje, sería el mismo actor quien se haría cargo de concluir la historia con el rol de director. Felizmente esto no sucedió y hoy podemos apreciar uno de los proyectos cinematográficos más ambiciosos de los últimos años.

El estreno de Boyhood es y debe ser recibido como todo un acontecimiento. Y no solo por la curiosidad de que haya sido concebido con unos tiempos de rodaje totalmente inusuales, sino por el hecho de que detrás de la anécdota hay un gran director que nos tiene acostumbrados a un tipo de cine que cada vez parece más difícil de encontrar. La filmografía de Linklater avala que cada proyecto que estrena está dotado de una carga emocional única que alcanza cuotas de brillantez y frescura excepcionales. Pocas veces ha existido unanimidad semejante en materia de críticas. Basta mencionar que en la reconocida web
www.rottentomatoes.com que promedia críticas positivas y negativas fue de las pocas películas en alcanzar un 100% de aceptación. Que en este momento es en realidad un 99% que suma 203 críticas positivas y tan solo 2 negativas.

Épica, íntima y evocativa son solo algunos de los calificativos que uno puede encontrar entre tantas calificaciones que ha recibido el film. Y lo curioso es que si lo abstraemos a cualquier justa sinopsis sobre su argumento, la película es exactamente lo que promete su premisa. Doce años en la vida de un joven con todos los tintes y matices que alguien puede atravesar al crecer. A lo largo de poco más de dos horas y media de metraje, Linklater aborda la evolución del arco dramático de su protagonista capturando en material fílmico el desarrollo y la maduración de un niño completamente corriente. Sin embargo, esto no transforma a su personaje en un ser banal ni ajeno. Por el contrario, su historia con todos sus matices introspectivos y a la vez provistos de la subjetividad critica del mismo director a lo largo de doce años de historia política, social y cultural, se completan como un retrato delicado y cercano.

El fenómeno de Boyhood ha conseguido que la película se convierta en obra de culto al poco tiempo de haber sido estrenada. Algo que sin dudas despertará la curiosidad de más de uno preguntándose si verdaderamente es para tanto. Por supuesto solo se podrán sacar la duda viéndola. Nuestro veredicto desde Fuera de Campo es que sin dudas vale la pena.