Boxeo Constitución

Crítica de Juan Carlos Fontana - La Prensa

Un deporte con futuro posible

Varios años atrás en uno de los subsuelos de la estación Constitución se creó un gimnasio dedicado al boxeo. En el lugar, bastante precario, se instaló un ring, "bolsas", guantes, y otros elementos para entrenarse en ese deporte. El lugar, a cargo de José Sosa, un ex boxeador retirado, de origen italiano, quien cuenta en el documental, peleó en Alemania, Londres, España y Australia y prepara a jóvenes de escasos recursos, que llegan al gimnasio, con la ilusión, de lograr superar, en algunos casos, la situación de extrema pobreza en la que viven.

En ese gimnasio nadie paga las clases y su entrenador, Sosa, comenta que todo se hace por el deporte y por ayudar a muchos de los muchachos que llegan al lugar, los que en su mayoría no tienen casa, ni trabajo, o viven de pedir en la calle y a través del boxeo descubren una vocación impensada y logran abandonar, incluso, algunas adicciones.

LOS TESTIMONIOS

El director alemán Jakob Weingartner filmó los testimonios de algunos de los jóvenes que se entrenan en el gimnasio, en las profundidades de uno de los últimos andenes de la estación. Varios de ellos ya han hecho sus primeras peleas e intentan abrirse un camino en ese campo, en el que admiran a "La Tigresa" Acuña, a la que visitaránun día en el Luna Park y se sacarán una foto con ella, o a Juan Martín Coggi, entre otros.

En "Boxeo Constitución", la mayoría de los que se entrenan, no sólo se preparan para una pelea arriba del ring, lo de ellos es "una pelea diaria con la vida", sintetiza José Sosa.

A lo largo de la película, Weingartner sigue a algunos de esos muchachos más allá del gimnasio. Así el espectador se entera que Federico Rodríguez, a veces llegaba a entrenar sin haber comido nada. Hijo de madre separada, con varios hermanos, se dedicó a colaborar en la crianza de sus hermanos y lentamente fue abriéndose un camino propio. Otro caso es el del "Colo", quien abandonó el boxeo para ayudar a su padre, que hace tareas rurales en una zona del conurbano bonaerense, mientras él, trabaja en una carnicería.

TODO UN GANADOR

Un caso distinto es el de Ariel "Chino" Abalos, que desde los siete años, según dice, quería ser boxeador y lleva varias peleas ganadas, en algunas se lo pudo ver en el ring de la Asociación de Box.

"Boxeo Constitución" abre un contundente y por momentos desolador panorama de lo que puede llegar a ser el mundo del boxeo, en el que no todos logran ingresar, porque hay que dedicarle tiempo, disciplina y entrenar sin descanso.
Un aspecto que describe con crudeza el filme, es el uso que se hace de muchos de esos jóvenes que depositan sus ilusiones en el ring. Un testimonio triste es el de Ignacio Artime, el que en una pelea recibe un golpe, en el que casi pierde la vida y si no es ayudado por un grupo de compañeros de trabajo, hubiera muerto sin ser atendido, debido a que sus promotores se desentendieron de él.

"Boxeo Constitución" muestra, con buenos recursos narrativos, el duro camino en el que muchos jóvenes sin recursos depositan muchas de sus ilusiones.