Borrá todo lo que dije del amor porque no sabía bien quién era

Crítica de Alejandra Portela - Leedor.com

Desde su aparición en la Bienal de Arte Joven del 2015 y tras una Beca otorgada por el Fondo Nacional de las Artes, este documental introspectivo, autobiográfico y experimental de la joven Guillermina Pico, se estrena comercialmente el próximo 29 de marzo con un dificil desafio: captar en una sala de cine a ese espectador sensible a nuevas propuestas estéticas.

Pico estudió cine en Córdoba y Barcelona y participó del Laboratorio de Cine de la Universidad Torcuato di Tella dictado por Andrés Di Tella y Martín Rejtman. En 2016 y 2017 participa del Robert Flaherty Film Seminar en New York. Luego de haber pasado por muchos festivales nacionales e internacionales (Turín, Galicia, Fidba, EEUU; La Plata, Montevideo)

Un comienzo muy Reygadas el amanecer en el que se va recortando las sombras de una tropilla de caballos, plantas, una fogata junto a un alambrado, una chica bailando frente a una cámara, una abuela al lado de una pileta y el primer intertítulo. La poesía visual de Pico construye un universo propio, donde los versos se asocian palabras e imágenes: “no hay lilas, ni cedrón, ni flores ramos de novia. No hay campana.” Desde esa trascendencia, baja Pico a lo cotidiano, una anécdota en una mesa familiar o un viaje en camioneta escuchando música italiana o el momento de plantar una planta.

En el arte de proceso lo que importa es construir en un tiempo no teleológico, es decir no dirigido a construir un objeto final con una obra terminada: lo procesual se alimenta de un presente constante donde vale la improvisación, las elecciones azarosas, las ocurrencias pasajeras, como tal no todo es “bello”, hay fuera de foco, borraduras, o hasta arrepentimientos. En ese conjunto de imágenes y recuerdos, se vislumbra en Borrá todo lo que te dije del amor porque no sabía quién era lo familiar, la estancia en La Pampa, los mismos caballos, un viaje a Barcelona, trenes y aviones, el mar, espacios que resultan de fragmentos, algunos en permanente movimiento.

Guillermina Pico se viene a sumar con dignidad a toda una camada de realizadores de corto y largometraje experimental que han llegado a los cines: Pécora, Baca, Aller o Galuppo.