Borg McEnroe: la película

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

La idea de realizar un filme sobre la rivalidad impuesta por estilos contrapuestos de dos personajes de la vida real, en torno a una competencia deportiva, podría haber sido de otra magnitud.
Pero esta realización se pierde en profundidad cuando inicialmente impone un registro de algo que va a suceder, y que todo el mundo sabe el final, intentando poner suspenso donde no lo hay.
Seria como ver “Titanic” (1997) sin la historia de amor como trama en función de progresión dramática.
Narra la historia de la rivalidad entre dos leyendas del tenis, el sueco Björn Borg (Sverrir Gudnason) y el norteamericano John McEnroe (Shia LaBeouf), un enfrentamiento legendario de la historia del deporte que tuvo su culminación en la final de Wimbledon de 1980, que enfrentó a ambos y que supuso un cambio en el mundo del tenis. A mi pobre entender Guillermo Vilas, Andre Agassi, Pete Sampras, también hicieron lo suyo, sin mencionar aunque lo hago a Roger Federer, quíntuple campeón consecutivo en el mismo torneo.
El director comienza con el final para luego reconstruir los días previos, o la vida de cada uno de ellos, con cortes temporales describiendo y desarrollando los personajes principales y algunos laterales de suma importancia.
No estaría siendo moroso sino es que mucha información es repetida hasta el hartazgo, sin agregar información a lo que esta conformando.
Con una muy buena puesta en escena, recreación de época, música acorde a los años en que transcurre, desde la fotografía no hay búsqueda estética alguna, sólo hacer ver o que hay que ver. Ni los movimientos de cámara sorprenden.
No hay nudo dramático que interese, sorprenda, lo poco que existe no esta bien desarrollado, es una gran sucesión de pedazos de historias por momentos bien hilvanadas, pero no siempre.
Sobresalen por sobre todas las cosas las actuaciones, Shia LaBouf parece haber construido su carrera de actuación para éste filme en tanto que Sverrir Gudnason, el actor sueco, sorprende por su parecido físico, sin embargo los laureles se los lleva Stellan Skarsgard (Lennart Bergelin) otrora tenista sueco, descubridor, mentor y entrenador de Bojn Borg, con una interpretación memorable, sin demasiado esfuerzo.