Border: Sentí algo hermoso

Crítica de Leandro Porcelli - Cinéfilo Serial

Sacando la legendaria Palma de Oro, en el Festival de Cannes se entregan varios premios. Algunos oficiales y otros no tanto. Definitivamente una de las categorías y premios más valiosos para el público es la sección Un Certain Regard que colecta producciónes más que curiosas o alternativas con una fuerte vision que desborda personalidad. La ganadora de este año, y elegida como la representante sueca para los Oscars, es “Border”. Dirigida por el inmigrante iraní, y ciudadano sueco, Ali Abbasi, y basada en una historia corta del autor de “Let the Right One In”, novela de género alternativa que se adaptada en la increíble película sueca del mismo nombre hace unos años ya.

La película sigue a una empleada de aduana que es especialmente buena en su trabajo, pudiendo “oler” a las personas que llegan al país con algo que no deberían. Al mismo tiempo que una de sus usuales capturas va a revelar una investigación muy importante de la que va a empezar a ser parte, llega a su puesto un hombre del que curiosamente no sabe qué pensar. Es la primera vez que le ocurre algo parecido, y habiendo sufrido toda la vida ser una persona apartada socialmente ve en él alguien con quien conectarse. Conociendo a este no-tan-extraño comienza a redescubrirse a sí misma.

Un trabajo verdaderamente valiente que Abbasi consigue mantener tan provocador como apto para el público, que de todas maneras va a tener que ser igual de valerosos. Una mezcla de géneros que desemboca en un thriller dramático con toques de un submundo sobrenatural en medio de nuestra realidad. Con escenas de violencia sugerida muy fuerte, y una sexualidad explícita que conforman una de las escenas de sexo más extrañas y memorables del cine moderno. Uno podrá pensar que sabe lo que se viene, pero definitivamente no está preparado para ver cómo.

Entre la producción tan impecable como imaginativa también tenemos la suerte de disfrutar interpretaciones desatadas por parte de dos de los actores protagonicos, Eva Melander y Eero Milonoff. Aunque no termine de redondear una experiencia superlativa, definitivamente es un film único que encuentra en casi todos sus elementos individuales algo valioso. Vale la pena buscar la forma de verla, y es necesario saber lo mínimo posible para disfrutarla al máximo.