Boni Bonita

Crítica de Samantha Schuster - Cinéfilo Serial

El director brasileño recibido en la Universidad de Cine de Buenos Aires, Daniel Barosa, presenta su segundo largometraje, el primero de ficción, luego de realizar un documental musical. Explorando esta vez como eje secundario el tema de la música, la coproducción argentina-brasilera “Boni Bonita” se centra en Beatriz (Ailín Salas), una joven de 16 años que recientemente perdió a su madre y debe mudarse con su padre de Buenos Aires a San Pablo. Sin embargo, su relación es bastante conflictiva y tensa. Una noche conoce a Rogelio (Caco Ciocler), el líder de una banda, que a sus 30 años debe luchar contra la sombra de la exitosa herencia musical de su abuelo. Es así como el film buscará abordar este vínculo complejo entre ambos a lo largo del tiempo.

Centrándose en momentos de 2007, 2009, 2013 y 2016 como capítulos dentro de una historia, “Boni Bonita” nos muestra fragmentos de la intensa relación que mantienen Beatriz y Rogelio, no solo por la atracción que presentan teniendo tanta diferencia etaria (sobre todo que en algunos de estos pasajes ella todavía es menor), sino por la toxicidad con la que cada uno tiene que convivir. Mientras que Beatriz tiene que lidiar con la reciente muerte de su madre, canalizándolo en prácticas autodestructivas, Rogelio lucha contra el fracaso y el hecho de no ser lo suficientemente bueno en la música como lo supo ser su abuelo, viviendo constantemente tras su sombra. Por momentos se hacen bien, por otros proyectan esas dificultades en el otro, lastimándose física y emocionalmente.

Si bien “Boni Bonita” no es una historia totalmente original, ya que pudimos ver varias películas donde los personajes principales tienen una atracción amorosa durante un período de tiempo, con sus idas y vueltas, sí nos ofrece un relato sencillo e íntimo que se sostiene sobre todo por las actuaciones de sus protagonistas, la química que se genera entre los actores y la construcción de sus papeles. Además, cabe destacar que la película está completamente hablada en portugués, donde Ailín Salas realiza una buena labor. Existen pocos roles secundarios y los que aparecen lo hacen en relación a Beatriz y Rogelio; son una simple excusa para servir como tercero en discordia o provocar algún tipo de reacción en alguno de ellos.

En cuanto a los aspectos técnicos, no tenemos una mayor puesta en escena. La película presenta un paisaje austero y despoblado, aunque muy bonito, que genera el clima del film. La soledad no se encuentra solo internamente en los personajes. Asimismo, las situaciones se suelen dar siempre en las mismas locaciones, sobre todo en la casa de él, donde la relación cobra vida. Igualmente, tenemos una impronta estética marcada respecto a cómo está filmada y a la fotografía, con algunos momentos fuera de foco, efectos para generar nostalgia o el uso de la cámara en mano.

En síntesis, “Boni Bonita” es un relato sencillo e intimista sobre dos personas complejas en sí mismas que presentan un vínculo intenso a lo largo del tiempo. Apoyándose en las actuaciones de sus protagonistas y la química que mantienen, nos ofrece una buena exploración de las relaciones sentimentales.