Boni Bonita

Crítica de Ariel Abosch - El rincón del cinéfilo

Desde siempre los rockeros deslumbraron, y con su música sedujeron a las mujeres. Mucho más si es el líder y cantante de una banda. Es un prototipo que las enloquece. Ese papel lo encarna Rogério (Caco Ciocler), un músico de más de treinta años que está al frente de un grupo de rock alternativo en Brasil. No les va mal, pero quisiera ser mucho más popular, exitoso y adinerado, como lo fue su abuelo que, con esta comparación permanente, se siente bajo su sombra y no le encuentra la salida.

En las redes del frontman queda atrapada una adolescente, Beatriz (Ailín Salas), menor de edad, todavía es alumna del colegio secundario, está peleada con su padre desde que abandonaron Buenos Aires cuando murió su madre, para instalarse en San Pablo.

Esta coproducción brasilera-argentina se centra en la vida de ellos dos, únicamente. Hay muy pocos personajes secundarios, que resultan ser funcionales a la trama y a la evolución cronológica de la historia. Porque esta comienza en 2007, conformando en total de cuatro etapas sucesivas hasta llegar a 2016. Las dos primeras, como elemento estético distintivo, fueron filmadas en las clásicas cintas fílmicas, con sus colores y marcas sobre las imágenes que denotan antigüedad, diferenciándose notoriamente de las últimas dos, más cercanas en el tiempo, realizadas en digital.

El director Daniel Barosa, que también escribió el guión, cuenta una historia de fascinación, deseo, encuentros y desencuentros de una pareja despareja. Porque Rogério no termina de aceptarla, ya que la considera muy chica para él. Mientras, en paralelo, se emborracha y seduce a mujeres que le duran una noche. Y Beatriz, apodada como "Bonita" por el protagonista, está totalmente rendida a sus pies. Pero no es correspondida. El relato describe con lentitud las características personales de cada uno. Porque ambos, con distintas herramientas, son autodestructivos. Se maltratan a sí mismos cuando las cosas no salen como piensan. Pero, dentro de esos vaivenes emocionales, se muestra mucho más madura la chica.

Los puntos de giro de la narración están bien delimitados, tienen la fuerza necesaria como para cambiar el rumbo del relato, donde el mismo se puede prolongar en el tiempo, porque es un tire y afloje permanente, en el que ellos dos pudieron tenerlo todo. Desde el amor, felicidad, fama, fortuna, reconocimiento de sus pares músicos, pero, el dolor de lo que no pudo ser es mucho más fuerte e irreparable.