Boda sangrienta

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Así como ciertas escenas de violencia de las películas de Quentin Tarantino pueden mover a la sonrisa o la risa, a veces nerviosa, Boda sangrienta hace que el horror pueda desestructurarnos.

¿Acaso esta película trata sobre los riesgos del matrimonio como institución? Quien se casa, ¿sabe bien en lo que se está metiendo?

Grace, seguramente, no.

La dupla Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett, que hizo Heredero del diablo (2014), una mezcla de El bebe de Rosemary y Actividad paranormal no precisamente lograda, ahora redoblan su apuesta. Bueno, se despacharon con esta comedia oscura de terror, con mucho gore llegando al explosivo final, porque comienza -tras un prólogo que pone en clima- bien mansita.

La familia Le Domas tiene cierta peculiaridad o, como muchas, un secreto. Alex, por algún motivo, le escapaba a reunirse con sus familiares millonarios, pero su novia insiste y, bueno, entonces ella tendrá que seguir la tradición.

Cada vez que un nuevo miembro llega a la familia a través de un matrimonio debe pasar por una iniciación relacionada con un juego. Como los Le Domas amasaron su fortuna a partir de -precisamente- juegos, a Grace no le parece extraño que, tras la boda y ella aún vestida de novia, deba elegir una carta.

Lo que no se imagina es que la carta en cuestión -pudo elegir otra, pero no, ella tomó ésa- la invita a jugar a un Hide and Seek (las escondidas) un tanto macabro. Grace debe esconderse, porque el resto de su nueva parentella no hará otra cosa que buscarla para asesinarla.

Estamos, claro, del lado de Grace (Samara Weaving, de Tres avisos por un crimen, sobrina de Hugo -Matrix- y con cierto parecido a su compatriota australiana Margot Robbie) para que escape de esa enorme y antigua mansión, en verdad, un castillo lleno de recovecos, pasadizos y trampas.

No en vano más de una o uno pasó por lo mismo que ella a lo largo de los años.

¿Sobrevivió alguien?

Como dijimos, a medida que la noche, la trama y la película avanzan, la caza se va poniendo más feroz y oscura. No corre por las venas de Grace la misma sangre que la de los Le Domas, pero eso no quiere decir que sea menos valiente y/o inescrupulosa. Y, al correr de las horas, no se salva nadie. ¿Hay sirvientes o empleados? Los hay. Y también hay niños...

Entonces, lo gótico se combina con lo siniestro, y justo, pero justo cuando parece que el asunto se le va a ir de las manos a la dupla de realizadores...

Los amantes del género hallarán en Boda sangrienta resabios de Scream, y de la saga de El juego del miedo. Pero no es ni una ni la otra: prepárense para reír, sufrir y no quitarle los ojos. Si se atreven.