Bob Esponja: Un héroe fuera del agua

Crítica de Ramiro Ortiz - La Voz del Interior

Aire fresco. Un dibujo animado que a muchos adultos tal vez no les llame la atención, saltó a la pantalla grande como corresponde: para dar algo más a una concurrencia donde indefectiblemente la mezcla de edades se producirá y una gran cantidad de niños irán a verla con sus madres y padres.

Los mejores atributos de la serie y unos condimentos muy especiales como ser la muy buena factura de efectos especiales, banda sonora positiva, más colaboración de Antonio Banderas están al tope de las cualidades del filme.

Otra noticia signo más es que el director no dejó a las computadoras procesando y se fue a dormir la siesta. Acá no son solo personajes creados con programas que ya lo hacen casi todo sino que hay más participación. Hay nueva creatividad respirando.

Si existiera un Oscar al guión de la mejor producción animada, esta película de Bob Esponja sin duda lo merecería.

Los autores estuvieron despiertos y entraron a la sala de montaje (y no a una mercería), y le dieron a la historia “para que tenga” como se dice en la calle.

Idas y venidas entre realidades paralelas, viajes en el tiempo, juegos… eso… juegos… huele a que jugaron de verdad con la historia; a que la dieron vuelta varias veces, con talento, para uno y otro y otro lado y salió algo que sorprende varias veces.

No es la película de la década -o tal vez sí para alguien-. Entrar en el mundo infantil que propone requiere cierto esfuerzo y predisposición pero, tiene premio.

Tiene como dos partes. En la primera la animación es más tradicional tipo lápiz y papel. El 3D ni siquiera resalta demasiado allí. Sí en cambio la costumbre desde que nació esta saga de explorar cada tanto situaciones absurdas, delirantes, surrealistas, sin perder el hilo del cuento y más parecido a la imaginación a borbotones, desbordante, de los niños. También algunos experimentos visuales oportunamente reciclados.

Luego los personajes salen del fondo del mar y empiezan a interactuar con los actores de carne y hueso. Aquí el 3D encuentra su razón de ser y la capacidad audiovisual de crear mundos increíbles se luce.

Una película que de alguna manera rompe con formas, con barreras, que sabe por dónde va la esencia del juegar. Para tener muy en cuenta, por supuesto que también en digital 2D.