Bob Esponja: Un héroe fuera del agua

Crítica de Alejandro Franco - Arlequin

Yo veo dibujos animados. Me importa tres pitos si me consideran un geronte desubicado, pero a mi me gustan los cartoons. Hay algunos que no trago - cuando tienen una mitología muy rebuscada, o cuando son extremadamente aniñados -, pero el 90% de las animaciones que veo las disfruto. Veo los Looney Tunes, Ren & Stimpy, la Pantera Rosa, la serie animada de Batman, incluso me parece formidable la nueva versión de Mickey Mouse, la cual es mucho mas salvaje y tremendamente menos insípida que el grueso de los tradicionales productos infantiles Disney. Miro Phineas & Ferb, Gravity Falls... y la lista sigue. Y esto es, desde mucho antes que llegara nuestra niña a nuestro hogar. Muchos de esos dibujos están guionados de manera inteligente, tienen referencias cinéfilas y su humor funciona de manera subliminal para los adultos. Y aunque lo odiaba en un principio, terminé acostumbrándome a Bob Esponja. Me pareció un personaje tremendamente idiota y cuasi intragable, hasta que empecé a notar que lo suyo era una onda casi alucinógena. Funciona en el nivel mas bajo del cerebro, ese que se divierte con el bombardeo de bobadas, hasta que empezás a descubrir que hay ocurrencias inspiradas. Esa química se repite en el filme que ahora nos ocupa, el cual tendrá un argumento tremendamente imbécil, pero sirve de excusa para ver una catarata imparable de ridiculeces, la mayoría de las cuales hace blanco.

La historia es lo de menos; lo importante es el histrionismo de los personajes y los extremos a los que se llega cuando se exagera todo. Aquí la sociedad submarina de Fondo de Bikini se mantiene en un estado civilizado gracias a que todos viven de su rutina, la cual incluye el consumo compulsivo de las grasosas (pero super deliciosas) cangre-buguers que prepara todos los días Bob Esponja en el local de comidas rápidas donde trabaja. El envidioso Plankton - un megavillano de tamaño no mayor a una pulga y que se relame con la elaboración de retorcidos (y tremendamente falibles) planes para apropiarse de la fórmula secreta de las hamburguesas - ha lanzado un ataque final contra el local de Bob Esponja. En la revuelta la fórmula se pierde y, como parece que nadie sabe cómo cacso preparar las hamburguesas sin la receta (y eso que las hacen miles de veces todos los días), las cangreburguer dejan de cocinarse... con lo cual Fondo de Bikini se sume en la mas profunda de las anarquías - algo así como una versión de Mad Max pero hecha con Sea Monkeys -. Todos se llenan de tachas, tatuajes y raros peinados nuevos, las casas son prendidas fuego (sin importar si están bajo del agua), y las turbas se lanzan a las calles a linchar a Esponja y Plankton, los cuales deben huir desesperadamente y formar una impensada alianza para recuperar la receta desaparecida. Como estos son los tipos mas idiotas e incompetentes del universo, se dan maña para construir una máquina del tiempo pero terminan en cualquier parte - dando lugar a uno de los momentos mas lisérgicos del filme, en donde se topan con una raza de delfines alienígenas hiperinteligentes superpoderosos, los cuales monitorean el cosmos preservando el orden universal - y, de casualidad, descubren que la fórmula ha sido robada por un pirata que tiene un puesto de hamburguesas en la playa. Como al libreto lo que menos le importa es la coherencia (cosa que, por otra parte, es su mayor gracia) aparecen de la nada los super delfines, convierten a Esponja y sus amigos en una suerte de Avengers del lecho marino (es mortal ver a Plankton con el cuerpo del Increíble Hulk... preservando su cabeza diminuta en semejante mole de músculos), y salen fuera del agua a luchar contra el pirata, el cual dispone de un arsenal ilimitado de armas en su modesto puesto playero.

Las partes mas graciosas pertenecen al fondo marino, en donde el filme usa animación tradicional. Los tipos que escribieron esto estaban muy fumados cuando se inspiraron, y realmente la historia desborda disparate por los cuatro costados. En cambio, cuando los personajes salen al mundo real - convirtiéndose en una versión 3D superpotenciada de ellos mismos - la cosa pierde energía. No es un problema de Antonio Banderas - quien no brilla como debiera en semejante entorno - sino que el libreto se hace mas standard y predecible. El final se ve largo y forzado, enredado con los efectos especiales en vez de poner el acento en la gracia de las situaciones creadas por el libreto.

Como ocurre con la serie de TV, Bob Esponja: un Héroe Fuera del Agua no es para cualquiera. Desde ya que es divertida y es apta para toda la familia pero, si usted está en sintonía con el humor fumón del personaje, la disfrutará mucho mas. Hay mucha locura y mucho ritmo y poca coherencia, lo cual resulta sumamente disfrutable si pone en off el switch del cerebro y se deja llevar por la experiencia... la cual termina siendo inesperadamente placentera.
- See more at: http://www.sssm.com.ar/arlequin/bob-esponja-2015.html#sthash.e1ol6vaX.dpuf